Cuando en los Estados Unidos se recuerda el séptimo aniversario del huracán Katrina, la llegada de Isaac dejó desiertas las calles del Barrio Francés de Nueva Orleáns hasta Tampa, 773 kilómetros de distancia, donde los participantes de la Convención Republicana continuaban con sólo una mención de la llegada de la tormenta.
El huracán Isaac, de categoría 1, con vientos de 130 kilómetros por hora, tocó tierra a las 18:45 CDT cerca de la boca del Río Misisipi en el sureste de Luisiana, remojando una zona escasamente poblada, una franja que se extiende hacia el Golfo de México. Pero aún faltaba lo peor mientras apuntaba hacia Nueva Orleáns a 121 kilómetros hacia el noroeste.
A la medianoche del martes, el huracán había decrecido su velocidad a 11 kilómetros por hora. Se había pronosticado que iba reducir su velocidad aún más durante un día o dos mientras avanza hacia el sureste de la costa de Luisiana, antes de internarse en tierra, indicó el Centro Nacional de Huracanes, en Miami.
Aunque no es tan violento como Katrina, Isaac desató fuertes vientos y lluvias torrenciales que dejaron sin electricidad a más de 180.000 viviendas y negocios. Podría causar inundaciones en las costas de cuatro estados debido a las marejadas y los aguaceros mientras llega a Nueva Orleáns, donde numerosos habitantes se guarecen detrás de los diques que fueron fortificados tras las fallas exhibidas durante los embates de Katrina. Isaac también será una prueba.
Aunque muchas personas se quedaron en sus casas, se ordenó la evacuación de las zonas bajas de Luisiana y Misisipi, donde las autoridades ordenaron el cierre de los 12 casinos que están en la costa del estado.