Con la crisis que atraviesa el Instituto Provincial Autárquico de Seguridad Social (IPAUSS), se están planteando diversas críticas, alternativas y repasos históricos sobre los orígenes de la crisis que hoy preocupa a diversos actores sociales, políticos y económicos.
Con la crisis que atraviesa el Instituto Provincial Autárquico de Seguridad Social (IPAUSS), se están planteando diversas críticas, alternativas y repasos históricos sobre los orígenes de la crisis que hoy preocupa a diversos actores sociales, políticos y económicos.
Sin embargo, se omite lo que constituye una de las características del mundo occidental hoy, como es la crisis del sistema previsional en gran parte de los países desarrollados. Si repasamos las últimas campañas presidenciales de dirigentes tan disímiles como Nicolás Sarkozy, José Luís Rodriguez Zapatero, Mariano Rajoy, Francois Hollande, Mario Monti, entre otros; podremos encontrar un denominador común: o incrementar el porcentaje de aportes patronales o aumentar la edad jubilatoria en hombres y mujeres.
En esencia, la crisis hoy de los modelos previsionales vigentes a partir de la posguerra cuando se extendiera el Estado Benefactor Keynesiano con matices del modelo nórdico de seguridad social; se produce por una combinación de factores que van del envejecimiento demográfico a partir de un modo de vida urbano y el acceso a novedades farmacológicas que dan como resultado un aumento de la esperanza de vida; hasta el aumento del trabajo “en negro”, esto es, sin aportes al sistema de seguridad social; pasando por movimientos migratorios que se mantienen en un nivel constante desde los años 70 y 80 por parte de países del este europeo, medio oriente y norte de África, que aprovechan sistemas migratorios en general flexibles para escapar de sistemas autocráticos y empobrecedores en busca del progreso y una mejor calidad de vida como se advierte en el viejo continente desde la Segunda Guerra Mundial.
En Argentina el sistema previsional no se encuentra formalmente en una crisis pero está en camino. Estudios de la Fundación Pensar, ligada al Pro, establecieron recientemente proyecciones sobre la sustentabilidad del sistema que tiene en la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES), el eje máximo de polémica a raíz del uso de recursos componentes del Fondo de Garantías de Sustentabilidad (FGS), para financiar programas oficiales como Fútbol Para Todos, Conectar Igualdad e incluso préstamos para suplir déficit que se registran en áreas del Estado Nacional. Además y entendiendo que existe un fallo, conocido como Badaro contra el Estado Nacional, reclamando la actualización de los haberes jubilatoriosa partir del Índice de Precios al Consumidor no oficial a fin de dar al sector pasivo una mejora sustancial en comparación con el aumento del costo de vida; se aproxima una bomba de tiempo que sólo puede acelerar el riesgo de implosión a que se viene aproximando la ANSES si se toman los intereses derivados del incumplimiento de dicho fallo de la Corte Suprema de Justicia. Cumpliendo el fallo por el caso Badaro, los problemas de financiamiento y sustentabilidad de la ANSES se volverán insostenibles a partir de 2025, en tanto que alrededor de una década y poco más puede demorarse la implosión incumpliendo con la jurisprudencia sentada por el máximo tribunal.
En Tierra del Fuego el problema se arrastra de hace años, en primer término por actuar de garante de créditos otorgados a morosos incobrables y ejecutándose dichas deudas sobre bienes y fondos del organismo previsional fueguino; en segundo término por el incumplimiento de de las obligaciones de aportes en que han incurrido diversas administraciones; y en tercer término por regímenes especiales del que fueron beneficiados empleados de la adminstración pública en edad envidiable para acceder al retiro de la actividad. Este desfasaje entre los aportantes al sistema previsional y los beneficiarios de dicho sistema no hizo más que acentuarse, demorando en el tiempo alternativas que puedan dar oxígeno al menguado IPAUSS.
Poder ver las situaciones en que se encuentran los diversos sistemas previsionales en el mundo implica hoy la necesidad imperiosa de reformular tanto el financiamiento como el acceso a beneficios, sin atar la asociación mental de sistema previsional a los regímenes de reparto que han signado la vida de los jubilados argentinos en la segunda mitad del siglo XX. Observar el camino que han seguido para ampliar el campo de alternativas se vuelve imperioso a fin de darle un mejor futuro a quienes no han hecho más que trabajar por una jubilación digna y quienes hoy trabajan y lamentan lo que parece ser un futuro inevitable.