La base Carlini, capital científica de la Argentina Antártica, fue este martes el escenario de las tareas de aprovisionamiento de cara a la campaña de invierno en ese lugar de la isla 25 de mayo.
El buque Vasily Golovnin fondeó en la caleta Potter y comenzó con las tareas de descarga de provisiones y material científico técnico para esta base que nuclea una importante comunidad de investigadores argentinos y de otras nacionalidades.
Al respecto se puede mencionar la presencia de científicos pertenecientes al Instituto Antártico Argentino y a la Dirección Nacional del Antártico.
La base cuenta, además, con un grupo de buzos que estudian las profundidades del mar Antártico y es la única de todo el continente que posee una cámara hiperbárica.
Al respecto, la jefa científica de la segunda etapa de la Campaña Antártica 2016. Lili Quartino, explicó que tanto las investigaciones argentinas como las que se hacen en cooperación internacional tienen el "objetivo común de conocer el ecosistema de caleta Potter".
"La ciencia nos une. Las bases y la logística son en función de la ciencia. No hay que parar con esto", añadió.
Además Carlini es la sede del laboratorio Dallman, instalado gracias a un convenio con Alemania que se mantiene desde mediados de la década de 1990.
"El inicio del convenio fue que la Argentina ponía logística y Alemania los equipos, pero para analizar lo que había en la fauna, pero luego comenzaron a notar el retroceso de los glaciares y trabajaron sobre el impacto del tema", señaló a Télam Doris Abele del Alfred-Wegner Institute.
En la base trabajan 37 científicos argentinos, 4 alemanes, 3 italianos (uno por convenio con Bélgica) y un español (también por Bélgica).
Durante la jornada también se realizó la jura y la asunción del nuevo jefe de la base, mayor Pablo Pretz.