La obra de remodelación del gimnasio Cochocho Vargas, inconclusa y sin posibilidad de ser usada de acuerdo informes técnicos de profesionales en Seguridad e Higiene, se caracterizó por un caos administrativo en la contratación de cuadrillas privadas que fue advertido en varias oportunidades por los empleados municipales que no pudieron hacer un control efectivo y real sobre las tramitaciones y trabajos realizados. Se gastaron en total 17.659.349 pesos cuando el monto inicial ascendía a 11.925.281 pesos.
Esta situación fue informada en el marco de la denuncia penal presentada en la Justicia Provincial. Pese a haber contratado empresas, mediante licitaciones públicas y privadas y haberse certificado, en algunos casos el 100% de obras realizadas para autorizar pagos, se contrataron diversas cuadrillas para la realización de trabajos varios en la obra del Polo Pioneros Fueguinos.
La mayoría de ellas no firmó contrato o instrumento jurídico similar y actuaron sobre los hechos consumados. Esto implicó que no se pueda dar fe de las certificaciones obrantes en los expedientes porque no se contó con un plan concreto sobre el cual respondieran las distintas contrataciones.
Al no haber vínculo contractual entre las cuadrillas y la Municipalidad, no se realizó ningún resguardo (sea un seguro de caución o fondo de reparo) y, consecuentemente, se impidió al Estado municipal la posibilidad de reclamar por los vicios que las partes de la obra realizada pueda contener. Sin contrato, sin plan de obra, sin documentación respaldatoria ni especificaciones, sobre algunas de las tareas a realizar.
Se encontraron múltiples expedientes de pago referidos a ese tipo de contrataciones. Como ocurrió con las licitaciones, los montos finales también superan los que se preveían inicialmente.
En algunos casos, el caos administrativo es tan notorio y la obra del Polo se encuentra tan escasa de papeles, que se presenta un caso que comienza con una nota del propio contratista poniendo a disposición una cuadrilla de 8 personas para ejecutar obras de piedras y carpintería, pero sin documento, nota o informe que tenga por objeto la contratación de esa mano de obra. De esta manera, se inicia un expediente.
En marzo se agrega una nota de pedido de contratación de cuadrilla para la remodelación de las fachadas de los edificios ubicados en el complejo Polideportivo Augusto Laserre y dos meses más tarde se solicita ampliación de cuadrilla para trabajos en el edificio del Cochocho Vargas y se detallan las tareas a realizar.
Parte de las tareas encomendadas a la cuadrilla podrían ser parte de las obligaciones de una empresa que había ganado una licitación y tenía a cargo la realización de la estructura metálica y el cerramiento lateral de la obra.
La documentación, sin detalles, impide realizar un correcto control para que se pueda descartar que se haya abonado más de una vez por el mismo trabajo.
Se certifican también trabajos realizados por cuadrillas con anterioridad al pedido de contratación y es también por esta razón, que el área Legal y Técnica de la actual gestión analizó las tareas encomendadas.
En el mes de marzo ya se habían comprometido más de cincuenta millones mediante las licitaciones y se ingresó gente a la obra sin control ni contratación alguna, reconociendo con posterioridad servicios y abonándolos sin que el gasto haya sido prevenido en forma legal.
A simple vista, la obra no se encuentra en las condiciones que debería estar de acuerdo a las certificaciones y, por otra parte, en el pago a estas cuadrillas vuelven a imputarse fondos específicos para urbanizaciones, como en el caso de Alakalufes II, sin que se pueda justificar la urgencia o motivo por el cual se usan esos fondos en forma excepcional.
La Contaduría General hace notar la extemporaneidad de la reserva preventiva, la falta de documentación que justifique el importe facturado y la contratación realizada, información que hubiese originado la contratación, documentación relacionada con las cargas impositivas y laborales, la apertura del expediente con fecha posterior a la prestación de los servicios supuestamente certificados y que por el informe de compras adjuntado se debió proceder a la contratación mediante el mecanismo de licitación pública por superar el jurisdiccional vigente.
Tras la observación, se agregan fojas al expediente, sin numerar ni fechar por parte de la Administración de Proyectos Especiales, sin las justificaciones y no se salvan las observaciones. Se ordena continuar el trámite a través de la Secretaría de Planeamiento y la Coordinación de Gestión. Las observaciones efectuadas resultaron insalvables.
No se justifican tampoco la cantidad de horas nocturnas facturadas por algunas cuadrillas, sin poder certificar que efectivamente el servicio haya sido realizado.
En la contratación irregular de cuadrillas se comprometieron más de cinco millones y medio de pesos a lo calculado al momento de pretender los acuerdos con esas mismas pequeñas empresas.
En la denuncia también se determina, en algunos casos que se describen, el pago del ajuste UOCRA que no se corresponde con ninguna obligación contractual que el Municipio haya tenido con el contratista.
Por último, cabe aclarar, que conforme se acercaba la fecha de inauguración del Interski 2015 las irregularidades en contrataciones de cuadrillas y la desprolijidad en los expedientes se nota con mayor claridad.