Alejandro Ledesma, ayer dirigente sindical de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad (ATSA), hoy secretario de Gobierno. Hubo un tiempo en que criticaba a Fabiana Ríos y a la ministro María Grieco sosteniendo que “los compañeros no quieren trabajar por dos pesos”, pero hoy defiende la anulación de paritarias y un pobre aumento salarial mientras se contratan profesionales que cobran guardias por miles de pesos más que cualquier médico del Hospital Regional Ushuaia. Ledesma, por todo esto, no
Alejandro Ledesma, ayer dirigente sindical de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad (ATSA), hoy secretario de Gobierno. Hubo un tiempo en que criticaba a Fabiana Ríos y a la ministro María Grieco sosteniendo que “los compañeros no quieren trabajar por dos pesos”, pero hoy defiende la anulación de paritarias y un pobre aumento salarial mientras se contratan profesionales que cobran guardias por miles de pesos más que cualquier médico del Hospital Regional Ushuaia. Ledesma, por todo esto, no es más que el sindicalista que se vende al mejor postor por algunas monedas olvidando la lucha por los compañeros de la sanidad que lo terminaron declarando persona no grata.
Podría ser un período en que la infraestructura hospitalaria sea mejorada a partir de la presencia en el Gabinete de quien fuera dirigente sindical durante años. Pero las ambiciones personalistas y la falta de una visión arquitectónica de la política, que considere la construcción de un proyecto de mediano y largo plazo con los distintos sectores que conforman el arco interesado en la salud pública fueguina, son los puntos que deberían comenzar a discutirse. Porque los dirigentes gremiales, de ser posible, deben involucrarse más activamente en el bienestar del sector al que históricamente representaron. No es el caso, indudablemente, de Ledesma.