| 13 de junio

¿El represor Vildoza sigue vivo? Denuncia falsificación de muerte del ex 2 de la ESMA

Un perito de la Policía Federal Argentina constató que el acta de defunción presentada por la familia del ex segundo de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el represor Jorge Vildoza, es falsa. Fue firmada en 2005 en Sudáfrica y no se descarta que esa firma corresponda al propio Vildoza. De estar vivo, hoy tendría 87 años. Según publicó el matutino porteño Página 12 en su edición impresa del lunes, fue enviado un experto a Sudáfrica a verificar el acta de defunción, y encontró “irregulari

Un perito de la Policía Federal Argentina constató que el acta de defunción presentada por la familia del ex segundo de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), el represor Jorge Vildoza, es falsa. Fue firmada en 2005 en Sudáfrica y no se descarta que esa firma corresponda al propio Vildoza. De estar vivo, hoy tendría 87 años. Según publicó el matutino porteño Página 12 en su edición impresa del lunes, fue enviado un experto a Sudáfrica a verificar el acta de defunción, y encontró “irregularidades y contradicciones”. El formulario llegó siete años más tarde a Buenos Aires y la planilla estaba a nombre de Roberto Sedano, aunque el nombre real era Jorge Raúl Vildoza, ex jefe del Estado Mayor del Grupo de Tareas de la ESMA.
 
Su viuda informó en su momento que el cuerpo había sido cremado, quitando la posibilidad de confirmar la muerte. La jueza María Servini de Cubría dirigió un exhorto al estado sudafricano para constatar la información, pero no le contestaron; luego insistió el juzgado federal de Sergio Torres, hasta que desde Interpol se sugirió enviar un perito a Sudáfrica.
 
La visita se realizó el mes pasado y el especialista descubrió que el formulario que constata la muerte es totalmente falso. En la partida hay dos huellas digitales: una, de la persona muerta; y otra, del “informante” que oficia de garante o testigo. Además, debe contener el sello de la casa de servicios fúnebres, el motivo del deceso y, en caso de cremación, el certificado correspondiente extendido por el estado, pero nada de esto constaba en la documentación.
 
Vildoza había entrado en 1995 a Sudáfrica, con la falsa identidad de Sedano, pero dejó sus huellas en distintos trámites, que fueron verificadas por la justicia. La huella del certificado de defunción no es la suya, y tanto el muerto como el informante fueron la misma persona, ninguno de ellos Vildoza. 
 
El número de registro de la casa funeraria es falso, y no se encontró el certificado de cremación. Tampoco hay legajo del informante de la muerte. Además, el perito observó similitud en la firma del supuesto testigo con la de Vildoza, por lo cual se cree que no sólo estaba vivo, sino que firmó los papeles de su muerte. 
 
El represor había salido del país en 1986, vía Paraguay, con documentos falsos, lo mismo su esposa y Javier Penino Viñas, el niño apropiado por los Vildoza que había nacido en el centro clandestino, quien salió como Julio César Sedano. La ruta continuó de Paraguay a Brasil, luego a Austria y a Alemania, hasta desembarcar en Sudáfrica.
 
La justicia había logrado determinar que Vildoza salió y entró de Argentina varias veces con el nombre de Sedano, y hasta montó negocios de juegos de azar en Tierra del Fuego. En estos viajes se abre el capítulo de la historia fueguina del represor que, según su abogado Oscar Beccaluva (ya fallecido), estuvo “varias veces” en el despacho del ex gobernador Carlos Manfredotti, porque tenía negocios tanto en Ushuaia como en Río Grande, que manejaba su hijo biológico.
 
American Data S.A. era la empresa de casinos, presidida por el hijo de Vildoza, que tenía 18 años cuando nació el apropiado en la ESMA. Beccaluva detalló cuatro personas vinculadas con la estructura del represor en el sur del país: Luis Alberto Campi, responsable operativo y cabeza política; Marcelo Sempé; y dos abogados de Tierra del Fuego, uno de ellos Demetrio Martinelli.
 
El abogado declaró también que “el 50 o 60 por ciento de las utilidades del casino se destinaban a pagar la protección a los dos abogados de Tierra del Fuego y a Campi por los documentos falsos y renovaciones, a fin de mantener “toda esa bandita de soporte para la impunidad”, dijo.
 
Beccaluva relata conversaciones con Manfredotti para participar en licitaciones nuevas y asegura en su testimonio que vio a Vildoza en el sur “primero en el estudio de Martinelli. Una semana o diez días más tarde me lo encuentro caminando por Ushuaia en la esquina del Free Shop, donde había un barcito que ya no está más”.
 
“Ahí me cuenta que conoció a Martinelli a fines del ’83, Massera lo llamó a Vildoza y le dijo: ‘Este va a ser nuestro hombre, va a ser funcionario nuestro’. Massera tenía un proyecto político, y el hombre en el sur era Martinelli. “Va a ser el que nos va a proteger a todos los que hemos tenido problemas. O sea, se va a encargar de acomodar o cobrar las propiedades, de administrarlas”, registra su testimonio.
 
Martinelli negó vinculación con el represor y atribuyó la difusión del tema a una campaña de difamación en su contra.
 
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