El ministro de Hacienda de la Nación, Nicolás Dujovne, brindó en conferencia de prensa los detalles de la reforma tributaria que el presidente Mauricio Macri elevará al Congreso de la Nación y empezará a debatir, según especulaciones del propio gabinete nacional, en dos semanas. La gobernadora Rosana Bertone, en tanto, convocó a reunión urgente de gabinete, pudiendo inferirse que le imprimió dicho carácter en función de la eliminación de impuestos internos para teléfonos celulares, televisores, monitores y productos similares, lo que podría acarrear consecuencias inestimables sobre la economía fueguina y sobre los puestos de trabajos de miles de fueguinos que forman parte del sector industrial.
A priori, puede decirse que se modificarán los aportes y las contribuciones al sistema de seguridad social, los impuestos a ganancias corporativas y personales, IVA, sobre crédito y débitos -más conocido como impuesto al cheque-, ingresos brutos, sellos y aduanas interiores, tributos ambientales e impuesto a la transferencia de inmuebles. Dichos cambios serán implementados en forma gradual, de uno a cinco años y se basa en tres pilares: inversión y generación de empleo, eficiencia y equidad y desarrollo económico. La reforma encuentra jurisprudencia, de acuerdo a lo explicado por el funcionario, en las reformas llevadas a cabo en su momento por Chile y Uruguay.
En un informe de prensa difundido por el Ministerio de Hacienda tras la conferencia de prensa que captó la atención durante la tarde de este martes, se estableció que la reducción en el impuesto a las ganancias corporativas no distribuidas se dará mediante la devolución anticipada de saldos a favor del IVA por inversiones, es decir, que las ganancias de las empresas estarán alcanzadas por una alícuota del 25%. Se aplicará un impuesto adicional sobre los dividendos o utilidades distribuidas para completar el 35% de la carga total. Se establecen también presunciones para evitar distribuciones de utilidades encubiertas: por ejemplo gastos personales de socios o accionistas pagados por la sociedad. El esquema será paulatino: del 35% actual al 25% en 2021. La justificación de este punto es que tener una de las alícuotas más altas del mundo desincentiva la inversión.
En cuanto a la devolución de saldos a favor del IVA por inversiones, se implementará un régimen que devuelve el crédito fiscal de IVA a las empresas que hayan realizado inversiones y no la hayan recuperado en un lapso de seis meses. En el sistema actual quien invierte puede tener que esperar mucho tiempo más para recuperar su crédito fiscal de IVA por la inversión realizada.
Sobre el mínimo no imponible para contribuciones patronales, a partir de una eventual aprobación legislativa de la reforma tributaria, será de doce mil pesos de salario bruto para las contribuciones patronales. Se implementará paulatinamente en cinco años y se ajustará por el índice de precios al consumidor. También se unificarán de manera gradual las alícuotas de contribuciones patronales para el sector privado, que pasará a ser una alícuota única de 19,5% eliminándose el esquema de reducción de contribuciones por zona geográfica. La apuesta en este caso es que el mínimo no imponible reduzca el costo de contratación e incentive la formalización del empleo.
También apuestan a que se reduzcan los impuestos en cascada, es decir al impuesto sobre los créditos y los débitos bancarios, también conocidos como impuesto al cheque y los impuestos provinciales sobre los ingresos brutos. De hecho el impuesto al cheque podrá ser utilizado como pago a cuenta de ganancias. Según la justificación de Hacienda este tributo genera distorsiones como la desintermediación financiera. También buscarán un acuerdo con las provincias para reducir ingresos brutos, sellos y eliminar aduanas interiores.
El capítulo denominado mayor equidad y eficiencia en el sistema tributario extiende a otros activos financieros el impuesto a las ganancias por rentas obtenidas por las personas físicas hasta hoy exentas. Se aumenta la deducción especial en ganancias para trabajadores autónomos, se elimina el impuesto a la transferencia de inmuebles y se extiende la aplicación del impuesto a las ganancias con alícuota reducida. La alícuota, tal como anticipó La Nación, será del 15% para rendimientos provenientes de instrumentos en moneda extranjera o indexados. En esos casos no se gravan las diferencias de cambio ni las actualizaciones.
Para no gravar la renta nominal la alícuota será del 5% para rendimientos provenientes de renta fija en pesos sin cláusula de ajuste. El Poder Ejecutivo Nacional podrá elevar esta alícuota según las condiciones económicas imperantes. Las acciones, en tanto, se mantienen con el tratamiento actual. La justificación para gravar la renta financiera está dada porque de los seis países más grandes de América latina, la Argentina es el único que no lo hacía.
La eliminación del impuesto a la Transferencia de inmuebles (ITI) es otro de los puntos a tener en cuenta. Se introduce un tributo a la ganancia de capital por la venta de inmuebles -excepto casa habitación- con una alícuota del 15%.
Otro tipo de modificaciones involucran a los bienes como los autos de gama media, cuyo valor es de entre $ 380.000 y $ 800.000, para los cuales reducirán sus tributos de impuestos internos de 10% a 0. En el caso de las motos de gama media de $ 70.000 a $ 140.000 pasan también de 10% a 0. Las aeronaves recorrerán el camino inverso, pasando del 10% a 20%. Las embarcaciones de gama alta, cuyo valor supera los $ 430.000, duplican sus tributos internos de 10% a 20%. Las motos de alta gama, de más de $140.000, también pasan del 10% al 20%.
Los productos que, de acuerdo al Ministerio de Hacienda, no son saludables cambian también sus alícuotas:
Whisky, cognac y otras bebidas blancas pasan del 20% a una propuesta gradual que los llevará al 29%; las cervezas del 8 al 17%; los espumantes del 0% al 17% de manera gradual; los vinos y sidras de 0 a 10% también de manera gradual; las gaseosas en general y otras bebidas sin alcohol pasan de entre 4 y 8% a un 17% gradual las que tienen azúcar añadido. Cabe aclarar que las light o sin azúcar mantienen el 0%; y los cigarrillos mantienen su carga tributaria superior al 70%.
Otro de los puntos que se incorpora es el cuidado del medio ambiente como foco tributario. Para ello se modifica el impuesto a los combustibles para que dependa de la cantidad de dióxido de carbono emitido. Inicialmente afectará a combustibles líquidos y de 2020 en adelante se aplicará sobre gas natural, GLP y carbón.
Los impuestos a los combustibles se simplificarán. Pasan a ser dos montos de suma fija, uno de ellos por emisiones de C02 y el otro de forma tal que no altere la carga tributaria actual. Se respetarán también los pagos a cuenta, reducciones por zona geográfica y exenciones de recursos naturales. El proyecto, claro está, entra ahora en la fase más compleja: lograr su implementación.