Recientemente los fueguinos nos hemos anoticiado de un nuevo vencimiento del plazo que – Tierra del Fuego Energía y Química (TDFyQ) tenía para llevar adelante el pago de la segunda cuota establecida a partir del convenio firmado con el Gobierno de la Provincia y que ocasionara polémica por los términos desventajosos que el mismo implicaba e implica para la Provincia. Y decimos que aun implica, porque el secretario de Hidrocarburos de la Provincia, Omar Nogar, en declaraciones periodísticas, manifestó que la empresa quiere recuperar 30 millones de dólares que había ya desembolsado por la venta de regalías, frente a lo cual adelantó que la Secretaría Legal y Técnica evaluará el camino a seguir, aunque hoy no está dispuesto el Poder Ejecutivo a hacer la devolución que, a priori, correspondería realizar.
En función de todo lo acontecido en esta novela, podemos decir que se trata ni más ni menos de una crónica de una muerte anunciada. Si de algo hubieron sobradas muestras, es de la inestabilidad a la que se someten los proyectos de inversión productiva, no sólo en la Argentina sino también en una provincia como la nuestra, que ha generado condiciones precarias de seguridad jurídica, tal como puede verse con la aprobación de una tarifaria que aun no logra brindar algo de oxígeno a las ya ahogadas arcas del Tesoro Provincial, tal como lo demuestran las negociaciones por recomposición salarial y las demandas de inversión en infraestructura para el mejoramiento sustancial y no circunstancial de la calidad de acceso a los servicios como la salud y la educación.
En el intento por demostrar, en primer término, que la administración de la cosa pública no sólo pasa por el pago en tiempo y forma de los salarios del sector estatal; y, en segundo término, que Tierra del Fuego, como tierra de oportunidades con un contrato moral de trabajo digno en busca de un mayor bienestar, no sólo debe sino que también puede ampliar el horizonte económico con la radicación de nuevas industrias; el Gobierno de Fabiana Ríos procuró convencer de las bondades de un proyecto de capitalistas chinos que, como tales, buscan expandir sus negocios pero en un contexto de previsibilidad, algo que queda en evidencia no se pudo dar, pues de lo contrario no habría habido tantas idas y vueltas.
¿Qué podemos esperar? ¿Es Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) estatizada la opción para invertir en un sector que se ha quedado en promesas para la realidad económica de los fueguinos? ¿Crear una nueva empresa estatal hidrocarburíferas de la Provincia -tal como propone el Partido Justicialista- es otra alternativa viable cuando ya los ejemplos de la breve pero rica experiencia nuestra demuestra que fracasaron por motivos variopintos? ¿No será el problema la cultura política de la imprevisibilidad de los gobernantes y la búsqueda del voto fácil con acciones positivas pero insostenibles en el mediano plazo? Mientras festejábamos el Día de la Provincia el pasado 1 de Junio en virtud de la sanción de la Constitución Provincial, veíamos cómo un nuevo acuerdo salarial dinamitaba dos de los preceptos que la carta magna establece para la economía: uno, que los gastos corrientes -sueldos-, no deben exceder el 50 % de la masa de recursos de la Provincia; y dos, que los gastos y empréstitos contraídos por una administración, no pueden comprometer los recursos de las gestiones por venir. Si hoy se discute la falta de menos de diez millones de pesos para pagarle a nuestros jubilados y pensionados provinciales, ¿Qué sucederá con los treinta millones de dólares que empresarios chinos querrán de vuelta por ineptitud manifiesta del funcionariado fueguino?
Fuente: www.shelknamsur.com