Integrantes de la Federación Nacional Territorial (FeNaT) de la ciudad de Ushuaia denuncian haber recibido aprietes y amenazas por parte de militantes que responden al intendente Walter Vuoto. Dichas acciones habrían sido recibidas tras haberse manifestado vecinos de distintos barrios frente a la Intendencia sito en avenida San Martín 660. "Quieren imponer miedo y temor a los vecinos de que no se van a regularizar sus barrios. Juegan con las necesidades y nos quieren manipular como si no tuviésemos derechos. Hace cuatro años los asentamientos siguen igual, nada cambió", sostuvo la presidente del barrio Escondido, Noelia Ayllón, una de las destinatarias de los hechos de violencia que, aparentemente, contarían con el aval del propio intendente Vuoto.
"Que funcionarios municipales no quieran dialogar ni escuchar exigencia para mejorar la calidad de vida de los vecinos es inconcebible. En la Carta Orgánica se dice que todos los vecinos tenemos derecho a la igualdad de trato y de oportunidades. Pero parece que ese derecho no existe cuando sos referente o presidente de un barrio que no acompaña el proyecto político del intendente. Te comen el barrio y buscan limitarte. No aceptar críticas lo toman como si fuese algo personal cuando la realidad es que sólo reclamamos nuestros derechos. De repente querer vivir mejor se convierte en un objeto de cambio. Es claro que las necesidades de los vecinos no pueden ser moneda de cambio. No buscamos privilegios sino que se cumplan nuestros derechos. Si esto no es autoritarismo, no se me ocurre otro calificativo", sostuvo Ayllón.
Por otra parte, referentes de la FeNaT y de la Central de Trabajadores Argentinos autónoma (CTA-A), como Paulo Baiz, se solidarizaron con la militante y sostuvo que "Es una luchadora incansable por las necesidades de los vecinos. El comienzo de la pandemia no existió para Noelia (por Ayllón) porque ella siguió trabajando entregando módulos alimentarios, solucionando problemas de violencia de género, buscando llevar agua a los barrios que carecen de tan elemental servicio público y derecho humano. Queremos darle todo nuestro apoyo a una militante porque muestra la contradicción de un intendente que aprieta a una vecina. No repudiar es una manera de avalar esa violencia y ejercerla en su contra. La investidura no debe mancharse, sino al contrario: debe mantenerse plucra, ética y moralmente, más en un estado democrático".
Por último, resulta indispensable clarificar la línea política, no sólo del intendente sino del gabinete y el conjunto de militantes. Avalar una situación de violencia ejercida contra una vecina por participar políticamente en un espacio crítico de la inacción del Municipio debe ser repudiada, más aún cuando el relato del jefe comunal insiste en mantener un presunto compromiso por la lucha feminista, tal el caso de la construcción de la Casa de la Mujer o la contratación de Thelma Fardin por más 300 mil pesos durante seis meses. Queda reflejado a las claras que dicho compromiso no es más que una puesta en escena bien diseñada pero que, al indagar en hechos concretos, muestra la fragilidad y la carencia de políticas contra la violencia de género.