Luego del encuentro que mantuvieran el Jefe de Gabinete, Guillermo Aramburu, y el Ministro de Economía, Christian Ruíz, con el intendente de Ushuaia, Federico Sciurano, la máxima autoridad del Gabinete Provincial expresó que no existe un intento de ahogo financiero a los municipios, y que la situación que se vive de falta de fondos obedece a una situación económica nacional compleja, de la cual Tierra del Fuego no está exenta. Asimismo, Aramburu entendió auspicioso el encuentro como señal de diálogo a fines de encauzar la situación y resolver las diferencias en el marco de las responsabilidades que a cada uno de ellos compete por sus funciones. A su turno, el secretario de Hacienda y Finanzas de la Municipalidad capitalina, Juan Munafó, se refirió al encuentro que mantuvieron, aclarando que se ha planteado el compromiso de no incrementar la deuda que mantiene la Provincia con la ciudad de Ushuaia, con una cancelación paulatina de los compromisos impagos correspondientes a los meses de agosto y septiembre, que rondan los 50 millones de pesos, y son los que, básicamente, generaron que la Municipalidad anunciara el pago desdoblado de los haberes, priorizando a los agentes de la planta permanente para este viernes 28, dejando para una segunda instancia a los miembros de la planta política.
Respecto a los compromisos de cancelación de deuda, su cumpĺimiento o no es algo que podrá observarse a medida que pasen los meses y la Provincia gire los fondos coparticipables a los municipios. Sin embargo, especial atención merecen las palabras de Aramburu respecto a la situación económica nacional compleja que afecta al conjunto de las provincias, incluida, de más está decirlo, Tierra del Fuego. Y es que tal situación compleja es resultado de la confluencia de distintas variables, en gran parte relacionadas con una administración defectuosa que deriva en un desaprovechamiento del extraordinario momento económico que, aunque no se crea, vive la Argentina.
Este extraordinario momento económico, que se vive de hace ya varios años y permitió que se saliera de la crisis de 2001/2002, es atribuida a la incorporación al mercado de millones de personas como consumidores de productos agroalimentarios. El sudeste de China, India, el crecimiento económico de Brasil y Rusia; han dado al mundo una nueva demanda de alimentos, en primer término, por la movilidad social ascendente que ha acentuado la importancia de la clase media consumidora pero también turística, dándole a los países subdesarrollados un impulso económico; y en segundo término, en el caso de China, porque la demanda de soja tiene como destino la alimentación en las ramas avícolas.
Es evidente que frente a tal escenario, los grandes ganadores son los países de economía predominantemente primaria. La teoría del deterioro de los términos de intercambio es refutada ni más ni menos que por la realidad de la nueva coyuntura global. Los países industrializados, a partir de la crisis de 2008 producto de la burbuja inmobiliaria a partir de incentivos que implementara para el acceso a créditos por parte del gobierno demócrata de Bill Clinton y que de repente se vuelven impagables por la suba de la tasa de interés dispuesta por la Reserva Federal de los Estados Unidos -equivalente de nuestro Banco Central de la República Argentina-, se encontraron ante un nuevo escenario de crisis frente al cual parecieron impermeables los países menos desarrollados. Con países de economías primarias solventes debido a sus fortalezas producto de la continua demanda mundial de productos básicos por parte de otros países poco o nada perjudicados por la crisis de 2008; la rueda del crecimiento económico se mantuvo en un feedback que continúa prácticamente hasta hoy en estos países, sin que los grandes países y/o bloques, como Estados Unidos y la Unión Europea, puedan recuperarse de los efectos que la explosión de la mencionada burbuja inmobiliaria puedan reponerse del todo. Juan José Llach, economista y ex Ministro de Economía de la Alianza gobernante en el país entre fines de 1999 y diciembre de 2001, expresó un panorama sumamente alentador a nivel mundial, puesto que la demanda de materias primas se mantendrá en niveles iguales o superiores a los que actualmente se registran. Lo que variará es la fortaleza que posea cada país beneficiado de esa circunstancia. En este sentido, vale anotar que la sequía que se registra en Estados Unidos en esta temporada 2012 no hizo más que favorecer a la Argentina en el mercado de granos, alcanzando un nuevo récord el precio internacional de la soja, ubicando a nuestro país como exportador casi por excelencia debido a este contratiempo en el hemisferio norte.
Retomando las palabras de Llach en una columna escrita para el matutino porteño La Nación, señala que “En un estudio reciente, realizado para la Fundación Producir Conservando, proyectamos que el consumo hasta 2020 de las carnes vacuna y aviar, los lácteos, el trigo, los granos gruesos y oleaginosos, los aceites vegetales y las harinas proteicas aumentará de 1,5 a 1,9 billones de dólares entre 2010 y 2020; es decir, unos 400.000 millones de dólares o 23% en sólo diez años. Sin embargo, en 2020 el consumo per cápita de estos alimentos en los países emergentes estará todavía muy por debajo de los países desarrollados, lo que augura una demanda sostenida de alimentos más allá de 2020”, pero, agrega luego, “nos estamos comportando más como cigarras que como hormigas”, puesto que “Lo que estamos viviendo es un cambio estructural del orden económico mundial, cuyo centro es el rol protagónico de los países emergentes”, siendo la demografía un factor de no poco alcance: “Entre 2010 y 2040, la población mundial aumentará en 2000 millones de personas. Sólo 70 millones estarán en los países desarrollados; otros 430, en China y, sobre todo, en la India, y nada menos que 1500 en el resto del mundo emergente, tanto en Africa como en América latina y en otras partes de Asia”. Poniéndolo en números concretos, “la población no pobre o de clases medias en los países emergentes aumentará de 920 millones a casi 5000 millones en 2040”.
Frente a este escenario del cual no podemos decir que sea tenebroso ni nada parecido, ¿Cómo explicar que actual situación económica nacional sea compleja? El creciente centralismo económico que genera cada vez más recursos en la esfera nacional dejando para las provincias migajas; la incapacidad estructural subyacente que conlleva ese centralismo para dar un marco colaborativo entre la Nación y las provincias para dar vuelta esta lógica centralista de modo de brindar mayores posibilidades de desarrollo autónomo en las economías regionales; la necesidad irresuelta de devolver a las provincias recursos que éstas habían cedido a la Nación en el marco de los Pactos Fiscales que firmaran los gobernadores en la década de los '90; el desgano a la hora de proveer a una desburocratización -en el sentido peyorativo de la palabra-, para dar paso a una eliminación de aquellas trabas que impiden generar trabajo y mejores condiciones para la inversión, tanto extranjera directa como de los propios argentinos que prefieren atesorar ahorros producto de la inestabilidad de la economía registrada desde hace décadas; las pocas iniciativas que existen para tender a una simplificación impositiva y desgravación que devuelva a los ciudadanos recursos que van a parar a la caja negra de esa entidad elefantiásica denominada Estado, que ha descuidado y sigue lamentablemente haciéndolo, en materias como justicia y seguridad, y salud y educación de manera subsidiaria; y, para resumir, lo que en su clásico El Autoritarismo Hispanoamericano y la Improductividad, José Ignacio García Hamilton había caracterizado como Patrimonialismo, es decir, sostiene, “hay como una lógica en el populismo que es la expresión moderna Latinoamérica del "patrimonialismo", que es la concentración del poder económico, político, militar y a veces religioso en las mismas manos”. Profundiza el fallecido historiador y diputado nacional de Tucumán diciendo que “Esta lógica hace que para que haya populismo tiene que haber pobres, y el mismo líder populista les dice "miren hay un enemigo externo, con sus cómplices internos, y yo los voy a defender de estos enemigos". Enemigos que van cambiando y que son difusos, pero siempre necesitan estos sistemas de tener enemigos externos: un país o algún imperialismo” (La Angostura Digital, edición 18 de Agosto de 2006).
Para finalizar: ¿Es posible revertir este enredo que produce semejante situación económica? Es importante aclarar que los ciclos económicos de la Argentina han sido de cambios muy bruscos, y en este caso, pareciera a priori que no habrá un cambio abrupto, similar al de las anteriores crisis en los 80, 90 y principios del siglo XXI. Pero lo que sí vale entender es que así como es muy probable que no se registre una caída en los indicadores económicos y sociales, también es muy probable que los síntomas para una nueva caída se estén engendrando en esta etapa donde hay algunos pequeños síntomas que todavía no son suficientemente advertidos. Tierra del Fuego, de lograr acomodar algunos indicadores con los últimos presupuestos que connotan un beneficio muy importante en la distribución de la masa de recursos coparticipables de la Nación, incluso en el proyecto de Ley de Presupuesto para el ejercicio 2013, puede gozar de una situación nunca antes vista. Pero para ello debe prevalecer el diálogo sobre cómo afrontar positivamente esta situación que, a pesar de los errores que viene cometiendo el Gobierno Nacional en la administración de los recursos, sigue siendo inmejorable, por lo menos, como explicara Llach en la nota citada precedentemente, hasta 2020 o más allá.