El Gobierno de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, adhiere en todos sus términos a lo expresado por el Ministerio de Relaciones Exteriores Comercio Internacional y Culto de la República Argentina y manifiesta su mayor repudio a la presentación realizada por el primer ministro británico Boris Johnson en la Cámara de los Comunes, en la que expuso una Revisión Integrada de Seguridad, Defensa, Desarrollo y Política Exterior reiterando la tradicional y anacrónica posición militarista y colonial del Reino Unido en una zona de paz y cooperación como es el Atlántico Sur.
El gobierno británico demuestra cabalmente su intransigencia y su desprecio por las normas del derecho internacional e inobserva sistemáticamente el llamado de la comunidad internacional en su conjunto para poner fin a la disputa de soberanía por las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes.
La presencia militar británica, sin motivo alguno más que el de mantener los últimos vestigios de un imperio decadente, es una preocupación no sólo para la Argentina, sino también a los países del área y fuera de ella, por tratarse de una acción violatoria de la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur, instituida por la resolución 41/11 de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 27 de octubre de 1986.
Para el pueblo argentino en general y para los fueguinos en particular, no existe otro camino que el de la diplomacia y la paz, evidenciado en la permanente y reiterada disposición argentina a reanudar con espíritu constructivo el proceso negociador bilateral con el Reino Unido, tal como lo reclama la comunidad internacional, para hallar una solución pacífica y definitiva a la disputa de soberanía.
El gobierno británico continúa apelando errónea e inescrupulosamente al principio de libre determinación de los pueblos, uno de los principios más importantes del derecho internacional, como excusa para evitar cumplir con sus obligaciones internacionales y resolver la disputa de soberanía.
Del mismo modo, apela a esto para el mantenimiento de la anacrónica situación colonial imperante en las Islas Malvinas, siendo que este principio no es aplicable a los habitantes de las Islas por no constituir un pueblo separado de la potencia colonial la cual expulsó por la fuerza a las autoridades y la población argentina quebrando, así, la unidad nacional y la integridad territorial de nuestro país.
El proceso de descolonización ha sido, y continúa siendo, uno de los éxitos más relevantes de las Naciones Unidas y su concreción definitiva es una obligación de todos los Estados. Sin embargo, actitudes como la del Reino Unido, que solo buscan perpetuar sus posesiones ilegales, atentan contra este proceso generando que en pleno Siglo XXI, aún debamos convivir con este flagelo.