Al igual que las turberas en los humedales fueguinos, los bosques de macroalgas en Península Mitre cumplen un rol trascendental en la mitigación del cambio climático. Es por esto que la necesidad de proteger espacios como el de Mitre toma una relevancia mundial.
Cristian Lagger es biólogo, investigador IDEA-CONICET y explorador de National Geographic. Se encuentra investigando los bosques de macroalgas en Península Mitre y remarca que los mismos “son extremadamente importantes” y que “cumplen funciones muy similares a los bosques terrestres”.
“En principio los bosques submarinos producen oxígeno y secuestran dióxido de carbono, por lo cual tienen una función no solo valiosa en la oxigenación del planeta, sino en la mitigación del cambio climático”; destacó Lagger.
Estas selvas sumergidas se encuentran dentro de los ecosistemas más productivos del planeta. En cada macroalga coexisten una considerable cantidad de especies que dependen de la misma como fuente de alimentación.
“Son lugares donde muchas especies se reproducen, cumpliendo infinidad de funciones dentro del ecosistema”; agregó.
El 50 % de todos los bosques de kelp (como también se conocen a estos ecosistemas) de Argentina, se concentran en Península Mitre. El área representa uno de los bosques submarinos mejor conservados del mundo y uno de los últimos refugios globales para estos increíbles ecosistemas.
El bosque de kelp de la Península absorbe aproximadamente 150 mil toneladas de C02 anualmente. Por su gran tamaño y capacidad de hacer fotosíntesis estos bosques juegan un papel vital en la estabilización del clima. A nivel global, almacenan 173 toneladas de carbono por año, que es el doble de lo almacenado en todo el Amazonas.
Se estima que 1 km² de kelp puede almacenar 3 mil toneladas de carbono anualmente. También protegen las costas de la erosión, las inundaciones y tormentas, reduciendo las corrientes y el oleaje, y son filtradoras, por lo cual purifican el agua. En un contexto de aumentos de niveles del mar y cambio climático, son fundamentales para las comunidades costeras.
Lamentablemente, estos poderosos bosques sumergidos están decayendo cuatro veces más rápido que las selvas tropicales o los arrecifes de coral. Por esto que la protección de Península Mitre se hace cada vez más urgente.
32 años de una iniciativa necesaria y urgente: vamos de nuevo
Tras haber concluido el año legislativo y sin novedades respecto del tratamiento del proyecto que crearía el Área Provincial Protegida Península Mitre, se presentó nuevamente el proyecto de Ley que había perdido estado parlamentario a comienzos del 2022.
La protección de la Península es una iniciativa que cumple ni más ni menos que 32 años intentando -sin éxito- convertirse en ley. Proyecto tras proyecto, se han ido sumando distintos sectores de la sociedad y del gobierno, aunque cuenta con el apoyo de toda la comunidad, no consigue concretar la suma de voluntades para convertirse en ley.
Aunque cuenta con un decreto de protección provisoria, es urgente la aprobación del proyecto para generar herramientas de conservación y gestión del área. Durante los últimos años, los incidentes relacionados con la destrucción de ciertos ecosistemas han ido aumentando, incluso, sumando el robo de patrimonio histórico y cultural.
“Hoy Tierra del Fuego puede ser un ejemplo a nivel mundial de protección de estos bosques sumergidos y ser líderes en conservación marina. Actualmente, Argentina tiene menos del 10 % de sus aguas protegidas y nuestro gran objetivo es ayudar a llegar al 30 % para el 2030, objetivo que se estableció a nivel mundial”, comenta Lagger.
En futuras expediciones se pretende estudiar más a fondo la cantidad de carbono que secuestran estos bosques anualmente y cuánto significa ese porcentaje a nivel global, como a su vez intensificar más el estudio sobre las relaciones biológicas que existen y la enorme diversidad marina que albergan.