El senador de la Unión Cívica Radical (UCR), Pablo Daniel Blanco, presentó un proyecto para solicitar al Gobierno Nacional que, en el marco previsto por el Artículo 100 inciso 11 de la Constitución Nacional, mediante la intervención de la ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Exterior y Culto, Diana Mondino, y el ministro de Defensa, Luis Petri, informe acerca de la visita de la titular del Comando Sur de los Estados Unidos, general Laura Richardson, a la ciudad de Ushuaia y la incorporación a dicho evento del presidente de la Nación, Javier Milei.
A su vez, solicita conocer cuál es la política del Poder Ejecutivo Nacional en relación a la causa por Malvinas y a la relación con Estados Unidos y China. También exige conocer las razones por las cuales el presidente Milei no concurrió al acto por Malvinas el 2 de abril y sí lo hizo con motivo de la visita de la mencionada militar estadounidense al día siguiente.
“Las acciones del presidente de la Nación humillan al pueblo argentino en los gestos porque ignoran el principio de equivalencia y reciprocidad con que las naciones deben vincularse a través de sus autoridades. La generala Richardson, titular del Comando Sur de los EE.UU es un funcionario público de segundo nivel que en la escala burocrática de su nación responde al Secretario de Defensa. Es decir, se encuentra dos niveles por debajo del nivel presidencial”, destacó Blanco.
“Resulta imperioso que el Poder Ejecutivo nacional de explicaciones al Congreso para tratar de dilucidar si se trata de superficialidad, impericia o atolondramiento en el manejo de las relaciones internacionales, lo cual resulta muy reprochable, o bien de negociados con beneficios personales o sectoriales ocultos al pueblo de la nación. Más allá de lo formal, la alineación ciega con los EE.UU que se plantea en los gestos y las declaraciones implica una subordinación política completa y una sumisión a los designios de esa potencia pagando precios innecesarios. En el juego de la estrategia, el acceso a la Antártida es un activo de la nación que está siendo dilapidado. La contradicción no podría ser más grosera: en lugar de llevarla adelante como un proyecto de infraestructura nacional para aprovechar esa ventaja y multiplicarla para el futuro cuando esté operativo. No hacía falta condicionar la financiación a un acuerdo militar. Se podría haber incluido en canales de financiación convencionales dentro de un plan de obras públicas con la prioridad que se merece, pero no por fuera de los planes nacionales de inversión. El condicionamiento no podría haber sido más gratuito. La humillación no fue sólo para el pueblo entero de la Nación Argentina. La provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur también fue humillada. El presidente faltó al acto central de la celebración del 2 de abril, lo cual implica de por sí un mensaje profundo de desprecio por el pueblo de la provincia pero sobre todo por los caídos. No recordarlos en el lugar más cercano y más profundamente vinculado con el lugar que guarda los restos de quienes dieron su vida por la Patria es una triste posición para un Presidente de la Nación. Es imprescindible que las autoridades den las explicaciones del caso donde es debido, esto es el Congreso Nacional. Si no lo hicieran, merecen la condena moral ya que la trama legal de la lucha contra la corrupción es tremendamente débil frente a un Poder Ejecutivo que desde la arrogancia dogmática, la falta de competencias, la superficialidad y la carencia de diálogo empieza a generar una temible situación de populismo autoritario”, sostiene la iniciativa en los fundamentos.
“Las preocupaciones que nacen hoy en este Congreso son muchas y amplias. Por ello es necesario que el Poder Ejecutivo nacional explique cual es la lógica que sigue con las relaciones exteriores que son, un patrimonio de la nación y no un juguete de caprichos de una personalidad desequilibrada e imprevisible, finalizó el senador fueguino.