El título de mi ensayo es "Cartografía del Hedor" aunque también podría haberlo titulado "¿dónde está eso que huele tan mal en este mundo?"
En el texto propongo en clave metafórica "una mirada sobre un olor". Lo cuál es todo un desafío de por si… cómo mirar al olor si pensamos a través dela vista y el sonido?
Y es una idea contundente por varias cuestiones: entre las más fuertes, la filosofía, y sobre todo el mundo contemporáneo ha disertado mucho sobre el sentido de la vista, desestimando el potencial del olfato para entender la vida social.
Comprendemos el mundo a partir de metáforas. Pero detrás de estas metáforas en general pensamos en imágenes, en ubicaciones, o a lo sumo en sonidos. De ahí el peso de los medios audiovisuales en la sociedad contemporánea. De ahí que para entender este texto no lo olemos, lo miramos, si somos ciegos nos lo leen, lo escuchamos.
Sin embargo no me centro en cualquier olor, sino específicamente el olor de lo nauseabundo, retomando a un filosofo argentino, Rodolfo Kush, abordo la cuestión del hedor en términos de una sensación de malestar, de incomodidad social generalizada, que podría resumirse en los siguientes términos: "algo huele mal en esta sociedad". Acto seguido la pregunta es ¿qué/quién es lo que huele tan mal? o bien, en otros términos ¿qué es lo que incomoda, molesta, etc?
A lo largo del texto voy vinculado el problema del "malestar social", léase la desigualdad, injusticia, infelicidad (cuestiones desarrolladas por autores clásicos como Hobbes, Rousseau, Marx, o Freud) con el de la otredad (cuestión abordada mucho y desde hace mucho por la antropología). Pero me alejo, en algún punto de ellos al tratar de situar el problema del malestar desde lo cotidiano: por ejemplo, cuando en la cancha se agarran a las piñas, qué es lo que molesta? cuando los diarios critican al gobierno o viceversa, que es lo que incomoda? cuando los autores académicos cuestionan ideas ajenas, cuando viajamos incómodos en colectivos, subtes, etc. Cuando nos quejamos por el servicio de transporte público, etc. Acá digo que lo que nos molesta es el otro… algo así como que apesta, en parte, porque "no es nosotros…"
La idea del ensayo es explorar, curiosear -porque a diferencia de otros tipos de textos, un ensayo es más un borrador que un paper científico "una aproximación"- sobre esta relación "¿por qué el otro apesta?". Para ello me sitúo en el texto adentro de un negocio de saldos en San Telmo, donde encuentro libros y revistas sin clasificar adentro de una caja vieja: desde libros de Sarmiento a revistas de Paturuzito, desde novelas cómo Frankenstein hasta revistas de pokemones, etc. Acto seguido voy atando relaciones sobre hasta qué punto esta relación con el otro parece constitutiva. El otro es representado como marginado y excluido en relación a nosotros. Viajo a la historia del bicentenario argentino y establezco relaciones entre ese pasado y nuestro presente. Por ejemplo entre las ideas sobre la evolución social que planteaban los antropólogos del s. XIX (unilineal, eurocéntrica, cargada de prejuicios autorreferenciales) y encuentro la misma noción de evolución en los pokemones de los mangas japoneses, lo mismo en relación a la categoría de alteridad, “el otro” está presente en los marcianos de Crónicas Marcianas o en “los Otros” del Eternauta… el otro aparece como un extranjero en nuestra tierra.
Creo que es importante separar entre la producción y el contexto de producción. Este trabajo lo hice a partir de trabajar con niños como coordinador de un programa educativo en una de las villas de Buenos Aires, la 21 del barrio de Barracas, claramente un lugar-otro, un lugar de excluidos, pero que guarda esta idea de que para el sistema -nosotros- estos espacios son funcionales… un poco es esta la idea central del trabajo: el “nosotros” guarda la tensión de los otros, y el otro existe para constituir una relación de marginación y negación de lo plural, de la “s”… nosotros, no(s)otros, no otros.
Colaboración de Gabriel Moscovici Vernieri