Gonzalo Blousson, dirigente del Movimiento Liberal Libertario en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, manifestó: “Esto una locura en dos sentidos. Por un lado, que el Estado mediante uno de sus poderes se dedique a certificar la categoría de símbolo nacional; y por otro, que tal reconocimiento sea destinado a esta organización”.
Para el titular de la agrupación liberal porteña, la categoría de “símbolo nacional” en cualquier nación tiene que ver con el reconocimiento de la gente a través de los años a diferentes personalidades o agrupaciones por su desempeño. “La historia ha demostrado el reconocimiento espontáneo para artistas, políticos y personas de diferentes disciplinas. Las trayectorias avalan el reconocimiento y nada de esto ocurre con el impulso estatal. Cuando un congreso se dedica a ofrecer estos homenajes, cae en la arbitrariedad de intentar representar a todos los ciudadanos y de decidir hacia dónde van los reconocimientos acorde a los intereses políticos del momento”, manifestó.
Para la agrupación liberal libertaria, el caso puntual de las Madres de Plaza de Mayo tiene diferentes etapas y, lamentablemente, su desempeño en democracia ha manchado su labor durante el último gobierno militar. Si bien la historia oficial impulsada por el kirchnerismo desconoce el pasado reciente y el rol deplorable de las organizaciones armadas de izquierda, que no comenzaron con las acciones terroristas el 24 de marzo de 1976 sino mucho antes, la desaparición de personas por parte del Estado es algo que no se puede justificar jamás desde un pensamiento civilizado. Sin importar las circunstancias, un gobierno nunca puede hacer uso del aparato estatal para el asesinato de personas a espaldas de la Ley. Es por esto que el rol de las Madres durante la dictadura es una de las muestras más fuertes de resistencia y dignidad de la historia argentina.
Sin embargo, con el advenimiento de la democracia, y sobre todo durante el kirchnerismo, la agrupación ha pasado a revindicar las acciones e intenciones de los grupos guerrilleros, y eso no puede ser admirado; así como es absolutamente repudiable el alineamiento de la agrupación al actual gobierno nacional y a su proyecto autoritario, que tanto daño y sufrimiento viene causando a los argentinos desde hace once años. Una cosa es repudiar el terrorismo de Estado y otra es revindicar las intenciones y el proyecto político de organizaciones que han demostrado a lo largo del siglo XX que, en los países cuyas ideas se han impuesto, han generado dictaduras inclusive más cruentas que los gobiernos de facto que ha sufrido nuestro país.
Las últimas acciones de la agrupación encabezada por Hebe de Bonafini respecto a la defraudación de dineros públicos en las construcciones de viviendas sociales y los intentos de estatización de la Universidad son un ejemplo más de cómo las mismas Madres han destruido el emblema incuestionable creado por sus acciones durante el gobierno militar.
En este sentido, es una muestra de valentía el voto negativo de diferentes legisladores de distintos espacios políticos.