El Partido Liberal Libertario (PL) repudió la medida propuesta por el gobierno bonaerense de realizar controles de alcoholemia antes de entrar a los boliches. “Esta medida es una violación de la libertad contractual entre los boliches y sus clientes. El Estado no puede involucrarse en transacciones voluntarias entre privados; simplemente no es parte del contrato. Bailar en un boliche no es lo mismo que manejar un auto”, señaló Ezequiel Spector, coordinador de equipos técnicos del PL.
Los liberales libertarios expresaron que lo que haga la gente mayor de edad forma parte de la esfera privada de la persona, aquella protegida por el artículo 19 de la Constitución. De modo que si la gente desea emborracharse antes de entrar a un boliche, ése es un proyecto con el cual el Estado no puede interferir mientras no se dañe a un tercero. Sostuvieron que uno de los pilares de la democracia liberal es la libertad de perseguir objetivos propios, independientemente de que el Estado considere saludables esos objetivos; el Estado no puede decirles a las personas lo que es valioso o saludable para ellas.
Asimismo, la agrupación liberal calificó a la medida como ingenua o perversa. “Sería ingenua si el gobierno bonaerense creyese que los jóvenes dejarán de tomar sólo por el control de alcoholemia —añadió Spector—. Lo que harán es tomar una vez que entren al boliche. Sería muy perversa si el gobierno solo buscase que los jóvenes compren más bebidas en los boliches, donde son mucho más caras, para aumentar su recaudación y luego obtener parte de esa recaudación por alguna vía considerada legal. Por otra parte, esta medida podría terminar siendo una ventaja competitiva para los boliches de Capital Federal, dado que es probable que muchos jóvenes dejen de ir a boliches de Provincia para evitar el control, y empiecen a concurrir a los de Capital. Por donde se mire, la medida es injusta e inútil”.
“La inmensa mayoría de los jóvenes no se pone violenta por beber alcohol y, de hecho, hay mucha gente violenta que no bebe —concluyó Spector—. La ausencia de un nexo causal claro entre beber alcohol y pelearse en un boliche hace que esta medida sea violatoria de libertades individuales”.