Las declaraciones que el embajador argentino en Chile, Rafael Bielsa, contra el candidato a presidente triunfante del vecino país, Gabriel Kast, acusándolo de "antiargentino" y avizorar nuevos conflictos limítrofes, no sólo reflejan la irresponsabilidad de un funcionario que representa al gobierno nacional en el país trasandino, sino también constituyen una intromisión en política interna que es inadmisible en pos de mantener relaciones amistosas y fraternas.
Las declaraciones que el embajador argentino en Chile, Rafael Bielsa, contra el candidato a presidente triunfante del vecino país, Gabriel Kast, acusándolo de "antiargentino" y avizorar nuevos conflictos limítrofes, no sólo reflejan la irresponsabilidad de un funcionario que representa al gobierno nacional en el país trasandino, sino también constituyen una intromisión en política interna que es inadmisible en pos de mantener relaciones amistosas y fraternas.
Es contradictoria semejante intromisión de un funcionario como Bielsa, teniendo en cuenta que desde el Frente de Todos (FdT) se ha argüido que condenar las violaciones a los derechos humanos y las libertades elementales en países como Venezuela o Nicaragua, representan una intromisión en los asuntos de los países latinoamericanos citados.
Por otro lado, resulta por sí misma sumamente grave la pronunciación por parte de un embajador sobre un proceso eleccionario que aún no ha concluido, dado que Kast y su rival, Gabriel Boric, dirimirán en un ballotage previsto para el 19 de diciembre.
Es inevitable trazar un paralelismo entre esta intromisión y la tan célebre protagonizada por Juan Domingo Perón y el embajador estadounidense en Argrntija en 1946, Spruille Braden. La consigna entonces fue Braden o Perón. ¿Los chilenos también elegirán entre Bielsa o Kast?