Lo dijo el reconocido periodista Luis Alberto "Pety" Gómez tras el fallecimiento de su hermano José “Cocol” Gómez, dirigente deportivo que supo ganarse el aprecio de todos los fueguinos. Hablar de la familia “Gómez “es hablar de la historia de esta ciudad de Ushuaia, por lo que hablar de “Pety”, “Seco” y del recordado Cocol no es hablar de simples personas: es referirse a la parte de la historia viva de Ushuaia.
"Pety" en su Facebook se despidió y recordó los últimos momentos con su hermano Cocol: "6:50 de la mañana del 17 de febrero. Daniel, cuñado de Cocol, lo lleva al Hospital Regional Ushuaia para colocarle un cateter para un tratamiento médico. Así empieza el principio del final de una persona que, por qué no especular, conocía toda Ushuaia y más allá de estos inhóspitos lugares que lo vieron nacer. Cocol Gómez, esa figura que la ciudad tuvo por tantas décadas en esa pasión que es el fútbol, había tenido un infarto y llegaban para rescatarlo mediante técnicas de recuperación cardiopulmonar. Bomberos del Escuadrón Central llegaron en pocos minutos, mientras Pety y Seco gritaban "DESPERTATE COCOL CARAJO". Pero la paz estaba en su rostro. Llegaban, prontamente, enfermeros, psicólogos y profesionales del Hospital, ese Hospital al que donara seis televisores incluso en últimos momentos.
Cocol ha fallecido. Es un día triste, pero sigue presente, como lo estará por siempre, en cada miembro de cada familia y en cada chico corriendo una pelota. Hoy dirige a los que la vida se llevó desde otro lugar, porque, a fin de cuentas, "el de arriba tiene un propósito". La gran lección es que nos dejó una persona humilde y llena de propósitos, virtudes y defectos. Pero, ¿cómo no los va a tener? ¿Acaso no es muestra de sus propósitos el haber sacado a pibes de la calle o que más de 20 mil hayan viajado a distintos rincones de esta República Argentina? ¿No es muestra cabal de sus virtudes que los mismos que hayan viajado gracias al esfuerzo y el trabajo de Cocol también hayan conocido a mandatarios como Julio María Sanguinetti de Uruguay o Carlos Menem de Argentina? ¿Cómo olvidar que hablaba con Julio Grondona como si lo hiciera con un hermano? Hasta Ricardo Bochini, ese emblema de Independiente de Avellaneda, símbolo del fútbol más tradicional, tuvo domicilio en esa casa de Piedrabuena entre San Martín y Maipú.
Adrián De Antueno escribía "Cocol siempre estará presente". Primos, nietos, parientes… Todos, a través de las redes sociales o de medios de comunicación, daban la noticia. Julio Cesar Alday, a través de su periódico digital, primereaba con la crónica mediante la que se enteraría la Provincia. Muchos, por respeto, por cariño, se acercaban a la casa familiar, de Piedrabuena 44. Lágrimas corrían en los rostros de todos. La frase "Cocol murió" impregnaba las primeras horas del viernes. El ícono del fútbol fueguino se iba y se ganaba el cielo por sus cualidades de señor al que, como pasa por desgracia, muchas veces le hemos fallado. Políticos, funcionarios, incluso amigos… Hemos tenido las rencillas que lleva la vida diaria, pero nunca dijo nada. Ser más simples, más honestos, más humanos, más misericordiosos… Martín Bonvehí, Senén Gallego, Jorgito Herrera, Marcelo Fernández, Hugo Romero, "Piojo" Nuñez Olivera, Demetrio Luizón, Ramoa, Hugo Ponzo y miles y miles de chicos, hoy padres y hasta abuelos de familia, que se criaron con Cocol y hasta lo lloran o pueden pronunciar cuando se les pregunte por alguien que lo ayude con el fútbol y responda "lleváselo a Cocol".
Suena el teléfono… Tu teléfono… En la pieza de mamá y papá… Atendés y decís "ya voy"… Dios sonríe… Porque siempre, acá o allá, serás nuestro faro de lucha contra la maldad… "