Carolina Couto y Agustina Piaggio, dos bailarinas de tango nacidas en Tierra del Fuego alcanzaron, junto a sus compañeros de baile, un cuarto puesto compartido en el Mundial de Tango 2016, del que participaron parejas de Holanda, Colombia, Italia, Venezuela, Rusia, Corea del Sur y Argentina. Curiosamente, las fueguinas se conocieron en las semifinales del evento. Si alguien vaticinara que dos fueguinas llegarían este año a una final en un Mundial de Tango, cualquier se habría reído. Más aún si esas dos fueguinas representaran, una a Río Grande y otra a Ushuaia.
Seguramente, tildaríamos de lunático a quien se atreviera a decir tal cosa, pero eso fue lo que pasó anoche cuando Carolina Couto y Agustina Piaggio, dos bailarinas de tango nacidas en Tierra del Fuego, alcanzaron junto a sus compañeros de baile un cuarto puesto compartido en el Mundial de Tango 2016.
Ante más de 7 mil personas que colmaron el Luna Park, estas dos fueguinas fueron protagonistas de un hecho insólito, en el que no existen antecedentes.
En la categoría Pista, de la que participaron parejas de Argentina; Holanda, Colombia, Italia y Rusia, entre otros países, la riograndense Agustina Piaggio y la ushuaiense Carolina Couto llegaron a la final y compartieron podio, en el cuarto puesto. Parece de película, pero ellas ni siquiera se conocían.
Agustina Piaggio, de 25 años y nacida en Río Grande, dijo que “La verdad es que todavía no caigo, fue una gran emoción y una gran sorpresa”, reconoce. Si bien uno siempre tiene expectativas y quiere escuchar su número (de pareja) pero realmente no me lo esperaba”, dijo en declaraciones al matutino riograndense El Sureño.
Agustina comenzó a estudiar danza clásica y contemporánea a los 12 años en el Centro Polivalente de Artes, pero a los 15 bailó tango y ya no pudo dejar de hacerlo más.
Tanto, que hoy es bailarina profesional y vive del tango dictando clases hasta en Tokio (Japón) desde donde regresó hace dos semanas para participar del Mundial. “En octubre tenemos que volver con mi compañero para seguir trabajando hasta julio del año que viene”, cuenta.
Instalada en Buenos Aires desde 2010, Agustina siguió estudiando tango y esto del profesionalismo “se fue dando solo, y en un momento ya me vi envuelta en esto, trabajando, dando clases y con propuestas laborales”.
Comparte la sorpresa por haber alcanzado el cuarto puesto con Carolina Couto, de Ushuaia. “No sé si es la primera vez que se comparte un puesto en un mundial, y menos que las dos parejas sean de Tierra del Fuego”, admite.
“Las dos llegamos a la final con el mismo puesto y el mismo puntaje, así que estamos muy felices, yo encantada y para mí es un orgullo”, dijo.
Agustina y Carolina nunca se habían visto ni tratado personalmente, hasta la semifinal del mundial.
Agustina tiene previsto viajar a Río Grande en los primeros días de septiembre, por unos días, para descansar con su mamá y hermanos, aunque dice que siempre está dispuesta a realizar alguna actividad que ayude a difundir su pasión por el tango en la ciudad que dejó hace seis años.
“El tango es mi pasión”
Carolina Couto tiene 21 años y baila desde los 5 años, aunque el tango apareció en su vida a los 11 años. Nació en Ushuaia, ciudad que dejó hace apenas diez meses para radicarse en Buenos Aires. “Vine buscando a este sueño”, confiesa.
Antes de este cuarto puesto compartido con la riograndense Agustina Piaggio en el Mundial de Tango, Carolina llegó a otras instancias finales en competiciones.
“Lograr un cuarto puesto representando a mi provincia es algo que no lo esperaba, es muy emocionante y todavía no caemos. Estoy sin voz desde el sábado durante la semifinal”, cuenta Carolina.
Para ella, además de “ser una experiencia increíble, también es muy estresante, porque hay ensayos y clases de por medio, con muchas horas en los que uno espera los resultados, y tiene que bailar con los nervios y los pelos de punta, pero bailamos y lo hicimos con todo el corazón”, dice y su risa algo afónica se escucha en la charla telefónica que mantuvo con El Sureño.
“El tango es mi forma de vida, a lo que me dedico y no sólo es mi pasión, sino que es mi trabajo y espero que así sea el resto de mi vida”, explica y repasa lo que se avecina laboralmente para ella en el corto plazo.
“El Mundial no es solamente un puesto sino también una puerta laboralmente hablando y surgen más trabajos porque es casi una vidriera, así que la idea es viajar al Exterior, pero en principio tengo muchas ganas de ir a la Provincia con Emanuel (su pareja de baile)”.
Carolina prioriza venir a la Provincia, también buscando descanso y el amor de la familia. “Después al Interior y el Exterior porque tenemos propuestas y una gira armada, pero todo a su tiempo”, dice.
Por último, sobre la coincidencia de puntaje y puesto con una riograndense, Carolina reconoce que, aunque “no teníamos el gusto de conocernos, cada vez que nos nombraban para ir pasando de etapas, sabiendo que ella representaba a Río Grande, lo festejaba tanto como si fuera para mí el premio”.
“Es un premio doble porque la Provincia, con Río Grande y Ushuaia, que estaban ahí presentes”, dice una de las dos fueguinas que llegaron a una final en un Mundial de Tango, privilegio que sólo tuvieron 40 parejas de todo el mundo.
Carolina Couto bailó junto al correntino Emanuel Ledesma, mientras que Agustina Piaggio bailó junto a Daniel Boujón, nacido en Zárate, provincia de Buenos Aires.