"Por un lado está la Ley Nacional de Inteligencia 25520, en cuyo artículo 5° se garantiza que la correspondencia, las comunicaciones telefónicas y/o electrónicas, deben ser monitoreadas previa orden judicial. Por otro lado y dada la situación actual tal vez uno se puede poner un poco paranoico con la noticia pero si lo analizamos con objetividad es una práctica habitual de programas de chimentos, sindicatos, políticos", afirma el analista de delitos informáticos y ex miembro del Agrupamiento Comando de la Custodia Presidencial Olivos en la provincia de Buenos Aires, Jorge Raurell en diálogo con Contextos Fueguinos.
"Muchos recurren a esto de observar y fijarse quién comió con quién, quién más estuvo de la oposición en un asado y en base a eso se toman decisiones. Incluso los delincuentes hacen inteligencia en las redes. Por eso la vieja recomendación de no subir fotos de los hijos con uniforme escolar, del frente de la casa o en donde se vea la patente del vehículo", sostuvo.
Consultado sobre la utilidad de la vigilancia cibernética, Raurell recordó que "En 2016, en Estados Unidos, una joven denunció que estaba secuestrada. La policía se contactó con un mensaje a través de Facebook y obtuvieron por la dirección IP su ubicación, resultando que estaba en un hotel con su novio. En Argentina, muchas veces cuando se activa la búsqueda de paradero se utilizan las redes, las cámaras de seguridad y todo recurso disponible al alcance".
Si bien las redes sociales hoy son parte de la vida cotidiana de las personas a punto tal que con casi 45 millones de habitantes, Argentina tiene más de 58 millones de sim card, 35 millones de usuarios de Internet y 34 millones son usuarios activos de redes sociales , según un informe publicado por We Are Social Media el pasado 16 de marzo, "se siente una pérdida de privacidad, pero es uno quien brinda oda la información. Por ese lado se espera que el sistema esté enfocado en observar el crimen organizado y no a Doña Rosa".
Este medio consultó, de todos modos, el nivel de vigilancia cibernética que puede realizar una fuerza de seguridad y cómo se diferencia de una observación superficial de las publicaciones. "Facebook tiene una apertura para policía, una especie de puerta trasera para lo que se denominan solicitudes de cumplimiento de la ley en línea. Investigación de casos de mayor complejidad son enfocadas por gente más capacitada y para todo eso se necesita una orden judicial, sea federal o del fuero penal o económico".
Por último, Raurell opinó que "Creo que toda actividad de espionaje o inteligencia quie el Estado haga sobre el humor o el estado de ánimo del pueblo está fuera de lugar. De hecho, el ciberespionaje no impidió que uno de los asesinos de su hijo amenace a Carolina Píparo. Creo en la libertad de expresión y en los derechos constitucionales y no estoy de acuerdo en el monitoreo de redes por parte de un sindicato ni del Estado".