A través del Consejo Federal de Inversiones, en articulación con la Secretaría de Desarrollo Local y PyMEs del Gobierno Provincial, la empresa “Microsur” logró adquirir maquinaria para ampliar los volúmenes de producción, luego de obtener un préstamo de 35 mil pesos, enmarcado en el Programa de Asistencia Financiera para la Recomposición de Capital de Trabajo de las Micro y Pequeñas Empresas Fueguinas.
“Tener ilusiones, ser constantes, tener compromiso, creer en uno mismo, no aflojar y sobre todo estar convencido que se pueden concretar los sueños, son los pilares clave para iniciar un emprendimiento”, afirmaron Adrián Ruiz y Walter Oyarzún, propietarios de la empresa Microsur, dedicada a la fabricación de rejillas, trapos de piso y otros elementos.
Todo comenzó hace dos años cuando con mucho sacrificio lograron comprar la primera máquina industrial, la que tenía un gran significado, porque pondría en marcha la materialización de su sueño, así lo relata Adrián. Ese fue el puntapié inicial para darle vida a un próspero negocio, que en la actualidad, es el único que se dedica a fabricar estos productos.
“Cuando empezamos desconocíamos el funcionamiento de la maquinaria, estábamos convencidos de lo que queríamos hacer, pero tuvimos que aprender todo, porque no teníamos vinculación ni conocimiento sobre la industria textil, teníamos muy poco, pero nos sobraban ganas de crecer y progresar” recuerda Walter.
Con el empeño y el entusiasmo que los caracteriza, éstos dos emprendedores pusieron manos a la obra, acondicionando el lugar en donde podrían a funcionar “Microsur”. “Hicimos todo nosotros desde cero, mejoramos el lugar, le pusimos los pisos, pintamos, siempre con la misma premisa de progresar en la vida, independizarnos e innovar”.
“Teníamos la idea fija y nos estimuló saber que nadie en la ciudad tenía un emprendimiento de estas características, por lo tanto somos los únicos fabricantes en condiciones de abastecer al mercado. Por esto, todos los días le ponemos ganas y vamos para adelante”.
Para crecer y satisfacer la demanda, fue necesario invertir y así fue cómo tomamos contacto con la Secretaría de Desarrollo Local y PyMEs y por su intermedio logramos acceder a un crédito del Consejo Federal de Inversiones (CFI).
“Presentamos nuestro proyecto y casi de manera automática las autoridades de la Secretaría se acercaron hasta el emprendimiento para conocernos y ver nuestros productos. Luego, nos aprobaron el préstamo de 30 mil pesos y compramos dos máquinas más. Esto fue muy importante para nosotros porque dimos un salto sustancial, nos capitalizamos y por supuesto que ampliamos los volúmenes de producción”, expresó Adrián Ruiz.
Walter por su parte resaltó que “el hecho de ser productores locales ayuda muchísimo, la gente valora y destaca que en Río Grande se produzca, en vez de comprar elementos que vienen desde Buenos Aires, con costos más elevados. Siempre nos felicitan y nos estimula, nos eligen porque aprecian nuestro sacrificio y porque somos locales”.
“No solo fabricamos sino que también salimos a la calle y ofrecemos, recorremos todos los negocios y les entregamos productos para que los prueben sin compromiso y les dejamos nuestro teléfono. Cuando nos llaman para decirnos que les gustó la calidad de nuestros productos y nos encargan cantidades, nos da una alegría inmensa y lo festejamos entre nosotros. Somos industria local y la gente defiende eso”, manifiesta orgulloso Walter.
“Un emprendimiento implica asumir riesgos y sacrificio, sin embargo hacer realidad los sueños e ilusiones es muy valioso y para eso hay que arriesgarse. Pensamos seguir creciendo, no tenemos ni límite ni techo, eso lo pone cada persona. Ahora Incorporamos una máquina bordadora para diversificarnos, constantemente buscamos innovar para conseguir solvencia”.