La empresa que construirá en las Islas Malvinas el nuevo puerto de aguas profundas que proyecta la metrópoli británica, planteó la necesidad de contar con 900.000 toneladas de piedra, lo que insumiría para su transporte alrededor de 30.000 camiones.
El proyecto del gobierno colonial de construir un puerto de aguas profundas en Malvinas, parece haber encontrado un primer escollo de importancia que podría extender la obra más allá de los dos años deseados. Se trata de la necesidad de contar con 900.000 toneladas de piedra, lo que significaría multiplicar más de 8 veces la producción anual de la única cantera donde se extrae no más de 120.000 toneladas de material.
Las novedades surgieron el pasado lunes 25, en una reunión pública llevada adelante por las autoridades británicas que gobierna las islas junto a la empresa. Allí informaron que BAN Nuttall planteó la necesidad de contar con 900.000 toneladas de piedra, lo que insumiría alrededor de 30.000 camiones para su transporte.
La constructora se comprometió a incorporar más trabajadores con el propósito de avanzar en el menor tiempo posible y el gobierno colonial a buscar alternativas para obtener el material en las proximidades de la obra, para evitar el alto movimiento y el deterioro de los caminos.
El proyecto portuario, tendrá 400 metros de largo y 60 de ancho; casi las misma extensión que el de Ushuaia pero el doble de su anchura. Prevén un sector para grandes cruceros y otro independiente para cargas y pesca, y también un espacio de oficinas para la Capitanía y el Operador del Puerto. En su flanco occidental amarrarán cruceros turísticos en temporada, con área delimitada para mantener a los pasajeros alejados de la zona de operaciones de carga y pesca.
De tal forma, Gran Bretaña avanza con un puerto estratégico en el Atlántico Sur, para brindar más y mejores servicios a las empresas pesqueras y petroleras, a la actividad turística y científica, a sus propios buques de guerra, y proyectándose como alternativa para el movimiento antártico, en detrimento de un desarrollo argentino que en 50 años no logra ponerse en marcha.