A medida que avanza el plan de vacunación implementado por el Gobierno de la Provincia y teniendo muy altas probabilidades de ser la primera provincia en alcanzar la denominada "inmunidad de rebaño", el intendente de Ushuaia, Walter Vuoto, cambia el rumbo de la campaña electoral que inició con vistas a alcanzar la gobernación en 2023 y utiliza distintos alfiles -siempre mediáticos- para denunciar deudas de coparticipación que luego no sólo no ratifica ante el Superior Tribunal de Justicia sino que directamente evita hablar de deuda. Lo que se dice el discurso pour la gallerie, sólo que agitando viejos fantasmas con tal de lograr sus ambiciones.
En la audiencia pública celebrada en el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia con autoridades del Ministerio de Finanzas Públicas de la Provincia y funcionarios de los Municipios de Ushuaia y Río Grande, se intentó empezar a acercar las partes involucradas en un conflicto que, cambiando nombres y detalles, es el conflicto al que recurren muchos a la hora de iniciar una campaña electoral. Rosana Bertone, entre 2016 y 2019, acudió a la famosa estratagema de ahogar las finanzas del entonces intendente de Río Grande, Gustavo Melella, quien se avizoraba como candidato a gobernador. Con atrasos de hasta nueve meses en la remisión de los fondos al Municipio de Río Grande, notoriamente Vuoto también padeció dicha discriminación con su compañera Bertone. Paradójicamente -o no-, mientras Melella denunció hasta 2019 en plena campaña electoral dicho intento de sumisión, Vuoto optó por vender al mejor postor los derechos de los vecinos de Ushuaia y acompañó a Bertone en la fórmula electoral del Frente de Todos.
En 2021, habiendo pasado de moda el discurso camporista de responsabilizar a la pandemia de la ineptitud en la gestión pública, las culpas ahora pasan a centrarse en San Martín 450. Culpas que, no obstante, son realizadas en declaraciones altisonantes, dada la omisión en que incurrieron los bufones que adornan el circo vuotista al momento de hacer las exposiciones pertinentes en la audiencia antes mencionada.
Por otro parte, es evidente que la presunta deuda por coparticipación de la que tanto hablan Vuoto y su pléyade de aplaudidores seriales, es un recurso al que recurren pero del cual no tienen el más mínimo interés -esto siempre y cuando dicha deuda fuera real-. En sesión ordinaria realizada a fines de abril de 2020, el Concejo Deliberante de Ushuaia aprobaba la creación de la Comisión de Seguimiento de la Coparticipación, cuyo objetivo era determinar la periodicidad del envío de informes que determinaran la remisión de los fondos de coparticipación que corresponden a la ciudad de Ushuaia. A más de un año de aprobada la Ordenanza que lleva por número la 5755, se desconoce la cantidad de veces que se reunió dicha Comisión, cuáles fueron los informes elevados ante el Concejo Deliberante, el estado en el que se encuentran las remisiones de fondos y cuánto es la demora que, entre pasillos y lejos de las cámaras para evitar que caiga el relato, tiene el Gobierno provincial en el envío de los fondos. Lo que se dice una puesta en escena.
En tal sentido, el discurso de ahogo financiero al que recurren Vuoto y sus laderos se cae como un castillo de naipes cuando se advierten anuncios tan grandilocuentes como poco creíbles. El pase a planta de un centenar de pasantes es uno de los ejemplos más interesantes, ya que se trata de la admisión por parte del Municipio de que tienen empleados sin derechos laborales: sin obra social, con sueldos por debajo de la canasta familiar básica, perseguidos políticamente y obligados a efectuar tareas de contraprestación política -tal cual denuncian en un estricto off the record algunos de los beneficiarios que no quieren hacer mención de su situación por miedo a perder su contrato y, por ende, su ingreso-, omiten desde el Municipio mencionar cómo van a generar las vacantes y cómo van a sostener dicha medida. La precarización laboral que implementa Vuoto es digna de los más fervientes adalides de las políticas del ajuste y el empobrecimiento.
También resulta sospechoso que exista un relato montado en el supuesto del ahogo financiero, mientras se ignora el estado de las cuentas públicas del Municipio. Los sueldos de los funcionarios de la Municipalidad tienen un año de atraso. Las órdenes de pago mensuales -en donde se puede conocer cuánto se le paga a los medios en concepto de publicidad oficial-, fueron eliminadas completamente. En materia de presupuesto, también se eliminó el presupuesto municipal desde 2015 hasta la fecha. En la sección sobre Ejecución de Recursos, los últimos datos disponibles corresponden a septiembre y octubre de 2012, es decir, casi 10 años. La década ganada, como se ve, fue una gran victoria de los que gestionan con opacidad y falta de transparencia.
Por momentos, pareciera que la labor de algunos funcionarios de Medios del Municipio es más parecida a la de armar un diario a la medida de los deseos del intendente Vuoto. La realidad dista de parecerse al diario que arman. Y como diario que arman, se cierran sus hojas y se vuelve a la vida cotidiana que habla por sí sola y mucho más elocuente que el relato que no es más que un cuento de fantasía.