Paradójicamente, a pocos días de haberse celebrado el Día del Orgullo Gay, un escándalo asoma la cabeza en el Vaticano con el caso del cardenal Francesco Coccopalmerio y su departamento que fuera allanado por fuerzas de seguridad durante el desarrollo de una fiesta sexual gay. En el operativo se decomisó droga y el secretario del cardenal, quien sería el habitué del departamento, tuvo que ser llevado a un hospital para desintoxicarse, para ser trasladado luego a un convento en retiro en el inte
Paradójicamente, a pocos días de haberse celebrado el Día del Orgullo Gay, un escándalo asoma la cabeza en el Vaticano con el caso del cardenal Francesco Coccopalmerio y su departamento que fuera allanado por fuerzas de seguridad durante el desarrollo de una fiesta sexual gay. En el operativo se decomisó droga y el secretario del cardenal, quien sería el habitué del departamento, tuvo que ser llevado a un hospital para desintoxicarse, para ser trasladado luego a un convento en retiro en el interior de Italia. Los efectivos llegaron al lugar como respuesta a la constante asistencia de personas al departamento, ubicado en la Congregación para la Doctrina de la Fe, motivando quejas de vecinos. Allí descubrieron que se llevaba adelante una orgía con drogas de la que participaba el prelado.
Coccopalmerio tiene 79 años y es el presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, un cargo para el cual fue nombrado en 2007 por el papa Benedicto XVI y que mantuvo con Francisco. El departamento suyo donde la policía irrumpió en medio de la orgía con drogas está ubicado en la zona de la curia romana donde funcionaba el ex Santo Oficio, que Joseph Ratzinger tuvo a su cargo durante dos décadas antes de convertirse en Papa; y a poca distancia de la residencia Santa Marta, donde tiene sus habitaciones Francisco.
La principal sospecha es que no es la única vez que se produce una reunión así en ese departamento, y que el secretario de Coccopalmerio utilizó el BMW con patente vaticana en el que circulaba vaticana para evitar controles policiales. Ahora, las miradas recaen sobre el cardenal, respecto de si sabía o no del comportamiento de su subordinado, a quien había propuesto para ser nombrado obispo. Mientras, el Vaticano abrió una investigación sobre el otorgamiento del departamento al sacerdote, un beneficio que no está reservado para un secretario de la Congregación que lidera el cardenal.
El nuevo escándalo que roza a un alto miembro de la curia romana se suma al del cardenal australiano George Pell, considerado el número 3 del Vaticano después del Papa y su secretario de Estado, Pietro Parolin. Pell, de 76 años, y asesor financiero de Jorge Bergoglio, enfrenta acusaciones de abuso sexual y aseguró que viajará a Australia para responder ante la Justicia por las denuncias sobre abusos de menores por las que fue imputado en su país. Nunca una figura de tan alto rango en la Iglesia afrontó acusaciones de esa índole.