Expertos de la comunidad científica de Tierra del Fuego rechazaron la sanción de una ley por parte de la Legislatura provincial mediante la cual se autoriza por un año la caza y la comercialización del guanaco en todo el ámbito provincial. La especie estaba protegida desde 1993 por ser considerada "en peligro de extinción'", junto a los cetáceos, los zorros colorados y las aves silvestres, pero una norma sancionada este martes por los legisladores provinciales, sin debate previo, la excluyó de ese status para permitir, incluso, la industrialización de su carne.
El doctor en geologia e investigador principal del Centro Austral de Investigaciones Científicas (Cadic) -dependiente del Conicet- Adrián Schiavini, explicó que cualquier decisión de este tipo vinculada a una especie silvestre necesita de un plan de manejo y de una capacidad técnica y humana capaz de fiscalizar las extracciones.
En principio es necesario saber cuántos animales se autorizan a extraer, de dónde, de que modo y de qué clase. Sin fiscalización se fomenta un mercado negro, y me consta que para esta medida ni siquiera fueron consultadas las propias áreas del gobierno relacionadas a la fauna y el ambiente", señaló el experto.
Según Schiavini, uno de los problemas centrales es el "bromatológico", ya que "cuando alguien compre una pata de guanaco en una carnicería debe estar seguro de su procedencia, y no exponerse a inconvenientes en su salud". El biólogo observó que, por ejemplo, los mataderos que se utilizan para faenar fauna silvestre no pueden ser los mismos que se usan para faenar animales domésticos.
"El otro tema son los cazadores inexpertos, que puestos a realizar esa tarea sin la capacidad necesaria pueden llegar a matar muchos más animales sin ningún sentido", sostuvo el especialista.
Por su parte el vicegobernador provincial, Juan Carlos Arcando, impulsor de la ley en el parlamento fueguino, explicó que la medida tiene su origen en la imposibilidad que posee el sector gastronómico de conseguir carne de guanaco porque con la norma en vigencia estaba prohibida, tanto la caza e industrialización a nivel local, como el comercio desde otros estados provinciales como Santa Cruz.