En el preludio del cierre de presentación de listas de cara a las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), el panorama se presenta competitivo, sobre todo para los frentes mayoritarios: el Frente de Todos y Juntos por el Cambio. No obstante, hacia el interior, sobre todo del kirchnerismo, existen desafíos mayúsculos pensando en el resultado y cómo podría afectar la gobernabilidad e incluso la tan ansiada unidad del FdT. ¿El gobernador Gustavo Melella apostará todo para que gane en las PASO y las generales el candidato del intendente Walter Vuoto? ¿Si triunfara el FdT las dos bancas corre peligro la gobernabilidad de Tierra del Fuego? ¿Y si obtuviese sólo una banca correría peligro el frente monolítico que algunos intentan vender al electorado?
Probablemente nadie más que Melella sepa el peligro que corre si administra la campaña al ciento por ciento de la capacidad. Si bien hasta el momento las referencias al acuerdo del gobernador con los intendentes Vuoto, Martín Pérez de Río Grande y Daniel Harrington de Tolhuin, han sido más bien elípticas y evitando incurrir en ciertas adjetivaciones, lo concreto es que Melella prácticamente no habló en público del acuerdo (a diferencia del legislador Federico Greve quien sí admitió la importancia de la unidad) y Vuoto, quien se autoproclamó, paradójicamente, líder único y supremo del FdT. En el marco de dicha unidad, lo que se sabe por habladurías de pasillo es que el primer lugar de la lista sería potestad de Vuoto.
Los nombres que han ido surgiendo como posibles precandidatos cumplen con toda la requisitoria que demandan los quinta columna camporistas. Laura Ávila, Victoria Vuoto y Yesica Garay, son las tres del riñón vuotista. En tanto, Daiana Freiberger y Carolina Yutrovic son de partidos que no forman parte de la primera hora del Ejecutivo de Ushuaia. ¿Será un retorno a las lides camporistas por parte de Hugo Romero en caso de triunfo de Avila? Sólo el tiempo dirá. Pero Romero pasó de ser espada camporista en el Concejo Deliberante capitalino a ser secretario de Representación Oficial del Gobierno de Melella en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para regresar a Tierra del Fuego a una Secretaría dependiente del jefe de Gabinete, Paulo Agustín Tita.
Un triunfo del candidato que promueva Vuoto, más que probablemente, signifique un riesgo para la gobernabilidad de la provincia. Sobrados ejemplos existen del comportamiento de la oposición ante un gobierno en retirada. La excepción fue Rosana Bertone tras la estrepitosa derrota de 2017, aminorada por la mayoría automática con que contaba la peronista en la Legislatura y las facultades extraordinarias que le daba el no tener presupuesto general de la administración pública.
Pero un triunfo o un segundo lugar que implique ganar una sola banca para el FdT sería un peligro para la unidad de la alianza. El objetivo de la unidad fue, desde las primeras declaraciones del presidente de FORJA a nivel nacional, Gustavo López, retener las dos bancas en juego. Resulta suspicaz que, de repente, Tierra del Fuego con apenas dos bancas en juego adquiera tanta relevancia en el tablero político nacional. La provincia de Buenos Aires, por caso, pone en disputa 35 bancas en la Cámara baja. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se renuevan 13. Y en Córdoba, 9 bancas. En términos numéricos, Tierra del Fuego es apenas un barrio del partido de La Matanza en la provincia de Buenos Aires. Las distintas secciones del Conurbano en donde el kirchnerismo tiene sus bastiones principales, son abrumadoramente mucho más importantes en términos poblacionales. Salvo que, a contramano de lo que admiten en público, la situación electoral se presente mucho más complicada de la que realmente advertimos.