A más de seis meses de haberse postergado el proceso eleccionario de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego y de funcionar con mandatos vencidos en diciembre de 2019, candidatos a los distintos órganos de Gobierno, entre ellos la Asamblea Universitaria que deberá elegir al nuevo Rector, solicitaron a la Junta Electoral Universitaria que restituya de manera urgente el proceso electoral en curso ante la dilación producida por el periodo de aislamiento social obligatorio, implementando los protocolos necesarios para garantizar el cuidado de la salud.
La preocupación crece en la comunidad universitaria, ya que el Consejo Superior aún NO sesiona pese al reclamo de varios consejeros. Entre sus funciones se encuentran muchos aspectos importantes de la conducción de la universidad sobre los que es necesario tomar decisiones, lo que no ha sucedido por no haberse adoptado aún la modalidad en línea; por otro lado, ese órgano de gobierno es el que tiene atribuciones en materia electoral y su funcionamiento permitirá avanzar a la última etapa del cronograma electoral, las elecciones para Consejeros de Instituto y Superiores y posterior entrada en ejercicio de autoridades.
A esta grave situación se suma otra no menor, ya que el pasado viernes en el marco del Plenario de Rectores del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) el Rector Castelucci solicitó (fracasando estrepitosamente en el intento) que los Rectores de todo el Sistema Universitario Nacional realicen un pronunciamiento para que el proceso electoral continúe suspendido, esgrimiendo las complicaciones inherentes a la pandemia de COVID 19. El pedido fue rechazado por los rectores nucleados en el CIN porque implicaría una vulneración a la autonomía universitaria y porque es una competencia exclusiva de los órganos directivos de cada Institución; vale aclarar que en el caso de la UNTDF es atribución del Consejo Superior conferida por Estatuto.
“La comunidad universitaria está preocupada por la falta de funcionamiento de los órganos de gobierno de la Universidad. Creemos que la situación de aislamiento no es motivo suficiente para debilitar la institucionalidad y la democracia universitaria, que se manifiesta mediante el ejercicio pleno del derecho político de nuestros consejeros a ejercer su función de dirigir la Universidad. Menos aún con las herramientas tecnológicas y de comunicación que existen actualmente. La conducción de la Universidad corresponde a un sistema de co-gobierno, con representación y participación de todos los claustros, que en este contexto se vuelven absolutamente necesarias” destacó el vocero Francisco Lohigorry, Director de la editorial universitaria.
“Estamos atravesando una situación de crisis sanitaria mundial, nadie ignora eso, pero ante esta adversidad el desafío implica garantizar MÁS DEMOCRACIA y con ello el funcionamiento de las instituciones, más aún ante el vencimiento de todos los mandatos de las autoridades de la Universidad, que se auto prorrogaron en diciembre. Ahora que estamos en una etapa de aislamiento más flexible, es necesario que se reanude el proceso electoral vigente de manera inmediata, claro que para ello habrá que definir un protocolo que garantice los cuidados de salud e higiene, que considere un horario especial para los grupos de riesgo, entre otras medidas. Pero todo eso es posible en el escenario actual. No estamos pidiendo nada que no esté ocurriendo en otras instituciones, incluso está en la misma línea del último fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, por el cual se sostuvo la necesidad de continuidad de las instituciones democráticas”.
Asimismo, el sector movilizado sostiene que están dadas las condiciones para dar viabilidad al curso del proceso electoral, teniendo que en cuenta que la Provincia de Tierra del Fuego, junto con la mayor parte del país, se encuentra transitando ya por la denominada fase 4 (cfme. Decreto 459/20). Esto implica que en Tierra del Fuego se ha emitido la Resolución MS 788/20, por la que se amplían las actividades y se autoriza la actividad deportiva y la Resolución MS 798/20, que normaliza la apertura comercial, incluso en la ciudad de Ushuaia, con atención al público.