Varias tachuelas forman las letras M C y despiertan la ilusión de que signifiquen Miguel de Cervantes, el gran escritor español, en cuyo ataúd fue depositado el 23 de abril de 1616 en la cripta del convento de las Trinitarias Descalzas, en el centro histórico de Madrid. Los investigadores, según informa en su última edición el diario El País, están prácticamente persuadidos de que en su interior se hallan los restos del autor del Quijote de la Macha.
El hallazgo del ataúd sucedió anteayer al mediodía. El equipo que busca los restos del autor, liderado por Francisco Exeberría, es cauto, pero fuentes vinculadas con los investigadores prácticamente dan por hecho que se trata del Príncipe de las Letras.
La investigación para encontrar los restos de Miguel de Cervantes comenzó en junio último por el impulso del Ayuntamiento de Madrid. La coincidencia con los 400 años de la publicación de la segunda parte de la novela del Quijote, en 1615, y la atracción turística que podría generar han sido claves para que las autoridades madrileñas respaldaran las investigaciones.
Se sabe que Miguel de Cervantes murió a pocos pasos de la sencilla casa en la que el gran escritor pasó sus últimos días. También eran conocidos sus vínculos con los monjes trinitarios, uno de los cuales intervino en 1579 para rescatarlo de los corsarios que lo tuvieron preso en Argel durante cinco años, que le permitieron lograr un permiso especial para ser enterrado en el templo de esa orden, en Madrid.
Según ha trascendido al diario El País, el ataúd con las iniciales M C está carcomido por la humedad y faltan efectuar muchos estudios específicos para confirmar de manera inobjetable que los restos óseos hallados en su interior pertenezcan a Cervantes.
Los investigadores trabajaron en una cripta de diez por seis debajo del altar barroco de la iglesia del convento de las Trinitarias Descalzas, tras casi una década en la que nadie bajaba por la escalinata hasta el subsuelo más que polvoriento.
La "operación Cervantes", como fue bautizada, se cumple en fases. La primera había consistido en una prospección con un georradar en todo el edificio, que permitió detectar 33 posibles sepulturas.
Entre las tareas científicas que se desarrollaron anteayer, se supo que se introdujo una microcámara en el interior de una sepultura y que se detectó dentro de ella material osteológico.
La crónica de El País sobre el momento del hallazgo plantea la euforia que tenía la decena de investigadores que estaban en el interior de la cripta, con la cautela por la necesidad de confirmar con análisis científicos a quién pertenecen esos restos, ya que serían de más de una persona. Se estima que la sepultura hallada contendría restos infantiles y de adultos.
Los próximos pasos de los científicos estarán enfocados en lograr separar las piezas infantiles y de adultos, y luego discriminar la de los mayores por géneros. Aparentemente, habría diferencias anatómicas en los cráneos encontrados que permitirían establecer que pertenecieron a hombres y mujeres.
También se efectuarán estudios de los restos textiles del sudario franciscano con el que posiblemente fue enterrado Cervantes y la madera misma del ataúd cuyas tachuelas M C hacen soñar a los científicos. El genial escritor se había unido a la venerable Orden Tercera poco tiempo antes de su muerte, lo que le habría permitido ser envuelto en un sudario especial.
Miguel de Cervantes murió a los 68 años. Estaba enfermo de diabetes, desdentado y lleno de achaques físicos que le complicaban su tarea de escritor. Había sufrido dos disparos de arcabuz en el pecho u otro proyectil le había dejado atrofiada la mano izquierda, lo que le valió el mote de "el manco de Lepanto". Esas lesiones sucedieron en sus días de soldado en guerra con los otomanos. En 1613 se editó las Novelas ejemplares y en 1615 la segunda parte del Quijote. A 400 años de esa publicación, el enigma de sus restos estaría por resolverse.
CASI 400 AÑOS DE MISTERIO
Miguel de Cervantes
Escritor
Se estima que el autor del Quijote de la Mancha fue enterrado en la cripta de las Trinitarias el 23 de abril de 1616
Fuente: La Nación (Buenos Aires)