En el marco de un conflicto sindical en la provincia de Chubut por un reclamo del Sindicato Unido Portuarios Argentinos (SUPA) de aumento salarial del 160% ante la Cámara de la Flota Amarilla del Chubut (CAFACh), trabajadores arrojaron al mar alrededor de 340 mil kilos de langostinos y otras especies. En un país en el que la inseguridad alimentaria creció y la pobreza y la indigencia afectan a más del 50% de la población, semejante decisión no puede ser asumida con normalidad y amerita el repudio amplio y generalizado.
De acuerdo a informes del Gobierno de la provincia de Chubut, aún quedan 700 toneladas de crustáceos que quedaron bloqueadas en aproximadamente 60 barcos pesqueros, de las cuales 340 se descompusieron y fueron desechadas, mientras que 360 se encuentran bajo análisis del Servicios Nacional de Seguridad Agroalimentaria (SENASA) para determinar si se encuentran en condiciones óptimas para su comercialización y consumo. El titular de la CAFACh, Gustavo González, comparó la carga arrojada con más de cinco estadios de fútbol.
El Ejecutivo chubutense, además, realizó una denuncia penal contra el SUPA bajo la carátula de “Ecocidio”, amén de advertir sobre el descontrol sanitario al que son sometidos los trabajadores embarcados y los que se encuentran en tierra, como estibadores e inspectores.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) publicó un informe en noviembre de 2023 en el que revela que la inseguridad alimentaria creció 17 puntos porcentuales por encima del correspondiente a 2022. El concepto de inseguridad alimentaria, moderada o grave, es cuando las personas se ven obligadas a reducir la calidad o cantidad de comida que consumen o incluso quedarse sin comida o, en un caso extremo, pasar días sin ingerir alimentos, con los riesgos que conlleva a la salud y el bienestar de quienes toman tal decisión.
En el caso de Chubut, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó en septiembre de 2023 que la pobreza alcanza un registro de 42.7% en el conglomerado urbano Trelew-Rawson y que en la zona del Valle supera el 42%. En tanto, en Comodoro Rivadavia-Rada Tilly, se reflejaba un 28%.
En un contexto de carencias con pobreza, indigencia, inseguridad alimentaria, las protestas pueden realizarse con otros mecanismos que no impliquen el desperdicio de alimentos que bien podrían ser aprovechados para consumo humano, contribuyendo en alguna parte a la remediación de los males que azotan a miles de personas que, además, ven peligrar el anhelo de un futuro mejor para ellos y sus familias.