El diputado nacional Oscar Martínez se refirió a al informe solicitado por referentes del MPF sobre la situación del industria de Tierra del Fuego, que viene registrando despidos en los últimos meses en contraposición a la propuesta de campaña del diputado Martínez que utilizó al sector industrial como eje para llegar al Congreso de la Nación, sin tener en cuenta la viabilidad de su propuesta, que hasta el momento son más palabras que hechos concretos. Se suele decirse que la falacia ad hóminem
El diputado nacional Oscar Martínez se refirió a al informe solicitado por referentes del MPF sobre la situación del industria de Tierra del Fuego, que viene registrando despidos en los últimos meses en contraposición a la propuesta de campaña del diputado Martínez que utilizó al sector industrial como eje para llegar al Congreso de la Nación, sin tener en cuenta la viabilidad de su propuesta, que hasta el momento son más palabras que hechos concretos. Se suele decirse que la falacia ad hóminem (argumentar para convencer sin razonamientos) es aquella que utiliza la descalificación de quien emite un mensaje ante la incapacidad de replicar con argumentos o hechos concretos lo que se recibe como crítica. Las declaraciones de Martínez constituyen un ejemplo típico de dicha falacia, quedando en evidencia la falta de trabajo de su bloque en pos de mejorar la situación del sector tantas veces declamado en los discursos que efectuara en diversos medios de comunicación.
Ante la imposibilidad de respaldar al sector industrial manteniendo las fuentes de trabajo y reduciendo hasta eliminar los denominados contrato basura que abundan en las fábricas, Martínez prefiere salir al comentar que las críticas provienen de un partido que expresa lo que denominan un Magnetto de la isla, en alusión a uno de los más encumbrados miembros del Grupo Clarín. Salir a matar al mensajero por transmitir una verdad, en lugar de preocuparse por la sustentabilidad de la que fuera su principal base electoral, es una señal de una falta de interés por el principal sector económico privado de la provincia, que aporta significativos recursos tanto por el lado de los tributos que pagan como así también por la cantidad de empleos en relación con la población económicamente activa de la provincia.
Sin embargo es indudable que existen numerosas deudas en materia de calidad laboral. La precarización que forma parte en la industria debe ser encarada como uno de los grandes problemas cuanto antes. Ni la gobernadora Fabiana Ríos, o los diputados y senadores nacionales y populares, como Rosana Bertone o Martínez, muestran preocupación, interés y trabajo por acabar con las deplorables condiciones del contrato que constituyen las grandes injusticias y, hoy forman parte de la industria a partir de una complicidad que tiene al sindicato de la Unión Obrera Metalúrgica como uno de sus baluartes, ya que si hubiera una defensa encendida de los derechos de los trabajadores, hace rato no deberían registrarse críticas a las precarias condiciones laborales características de las fábricas en Tierra del Fuego. Para determinados dirigentes sindicales la defensa de los trabajadores es ni más ni menos que un discurso del cual deben apropiarse, aunque en la realidad los hechos hablen más de la defensa de intereses corporativos que poco tienen que ver con la situación que atraviesan los trabajadores de la maltratada industria presa de líderes añejos alejados de las verdaderas preocupaciones de quienes dicen representar.
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