El 24 de marzo de 1976 un golpe de Estado cívico-militar derrocó al gobierno constitucional de la presidenta María Estela Martínez de Perón e instauró una dictadura que gobernó la Argentina entre 1976 y 1983 a través de una Junta Militar encabezada por los comandantes de las tres Fuerzas Armadas: Jorge R. Videla (Ejército), Emilio E. Massera (Armada) y Orlando R. Agosti (Fuerza Aérea).Se autodenominó “Proceso de Reorganización Nacional” y es por eso que suele ser referida simplemente como "el Proceso".
En Tierra del Fuego se conmemoró la fecha, con sendos actos en Río Grande y Ushuaia, de los que el Parlamento participó activamente. El central, se llevó a cabo en el Centro Cultural Yaganes, de avenida Belgrano de Río Grande y en la capital, encabezado por el municipio capitalino.
En esta ciudad, participaron los legisladores Amanda Del Corro y Fabio Marinello (PSP) y Susana Siracusa (PJ) junto a la titular del ejecutivo fueguino, María Fabiana Ríos, funcionarios provinciales, municipales y referentes de organizaciones de derechos humanos. También se compartió la experiencia de habitantes fueguinos que vivieron el golpe de Estado, de modo protagonista.
En declaraciones a Prensa Legislativa, la Parlamentaria del PJ destacó la conmemoración de la fecha del 24 de marzo. “Me pareció un acto muy emotivo, hace años que participo de las distintas reflexiones sobre el día de la Memoria que dejó afuera a los partidos políticos” y al democracia, sostuvo.
Entendió la necesidad de continuar conociendo la verdad y la justicia a 38 años del inicio de la noche más oscura del país “todavía no hemos aprendido que se trata de algo que nos atravesó a todos los sectores de la política y los ciudadanos”, sentenció hoy en Río Grande.
Siracusa resaltó la oportunidad de oir “de palabras de personas muy jóvenes quienes vivieron de modo protagonista el golpe. Hijos de personas desaparecidas” y resaltó la experiencia de un vecino riograndense que “pudo volver a participar de la vida, de una manera muy diferente”.
La referente del PJ pidió que “para que todo eso no vuelva, tenemos que tener memoria, instruir a los más jóvenes, a nuestros nietos, sobre qué es lo que paso y que lo mejor es vivir en democracia y en libertad”, sostuvo.
En tanto, en la ciudad de Ushuaia, el legislador Eduardo Barrientos participó del acto donde se conmemoraron las muertes de civiles producidas por la última dictadura cívico militar que gobernó el país. Asistieron, a su vez, el intendente de la ciudad, Federico Sciurano, concejales, funcionarios provinciales y municipales.
En diálogo con Prensa Legislativa el Parlamentario comentó que se recuerdan “38 años de la noche más triste, larga y sangrienta de nuestra Argentina, en lo que significó el intento de instaurar un proyecto político económico a través de las armas”. Reflexionó que para poder cristalizarlo, debieron “movilizar la desaparición forzosa de miles de compañeros, asesinato a sangre fría, la apropiación de bebés como plan sistemático”, detalló. “La verdad, es una fecha que no debe volver a repetirse, con mucha seriedad y apelando a la militancia, al amor y la vida” y destacó el rol de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, quienes basaron su accionar en “mantener el pilar de la memoria y la justicia pero con amor y paz”, dijo.
Finalmente, el Presidente de la bancada justicialista en el Parlamento, consideró que “la sociedad argentina tiene que saber claramente que no fue un problema de militares contra civiles, sino que fue la orquestación sistemática de intereses económicos para apropiarse de la renta de los argentinos, para apropiarse del dinero de los argentinos que se utilizó para matar”, recordó. Entendió que el cerebro del proceso, estuvo enquistado entre sectores civiles “concentrados de riqueza y que contaban con el apoyo de amplios sectores de la Iglesia.
Hay que pensar en una Argentina que nos incluya a todos los ciudadanos, que reparta riquezas, que genere derechos y esto se logra, única y exclusivamente, en el fortalecimiento de nuestro sistema democrático”, cerró.
Los golpistas tomaron el poder en un contexto de violencia creciente, caracterizado por acciones de terrorismo de Estado llevadas adelante por las Fuerzas Armadas y el grupo parapolicial Triple A y la actuación de organizaciones guerrilleras.