El Secretario de Desarrollo Sustentable de la provincia, Fabián Boyeras dijo que la decisión de Nación “nos obliga a pensar una estrategia integrada con Chile y una estrategia de prevención de ocupación en otras áreas continentales: como Santa Cruz, etc.” Y adelantó que el tema está estrechamente vinculado con los bosques nativos por lo que será uno de los temas principales a tratar en la Asamblea extraordinaria a realizarse el 30 y 31 del corriente en la ciudad de Ushuaia.
La Resolución 1048/2014 de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación implica el reconocimiento del castor como un problema nacional, regional y binacional. Así como también reconoce la necesidad de pensar una estrategia para abordar el problema. También se definen allí unas líneas de acción que implican la articulación de espacios, asignación de recursos humanos y económicos.
Al respecto, Boyeras recordó que la problemática binacional del castor fue abordada en la reunión de mayo del 2013 en Cancillería, con la presencia de autoridades de Parques Nacionales, Conicet y Gobiernos provinciales. En aquel encuentro, tanto Argentina como Chile, dieron cuenta de los avances respecto del acuerdo de erradicación realizado en 2008.
Boyeras señaló que Chile dio cuenta de los avances del castor en la parte continental, y reportó que se habían encontrado ejemplares a 20km de la localidad de Río Turbio. Pero además expusieron que no tenían control respecto de lo que pasa en la zona oeste de fiordos e islotes concluyendo que lo más probable era que el castor estuviera avanzando por allí hacia el norte. Y subrayó lo alarmante de esos datos, que “nos hicieron tomar dimensión de la problemática y la potencialidad de expansión. Entonces decidimos presentar el problema en el COFEMA, realizado en la ciudad de Mendoza hace unos pocos meses atrás, y la provincia sugirió a la Secretaria de Ambiente de Nación que se declare al castor como especie exótica invasora.”
También mencionó que se están ejecutando los proyectos GEF, los proyectos que resultaron de la Ley de Bosques (26.331), los planes de conservación y manejo. “En otras épocas se pagaba por las colas de castor pero no había una estrategia que lo enmarque por lo que no redundó en beneficios. Es más, hasta se podría decir que perjudicó ya que si uno no hace luego limpieza de castoreras, lo que sucede es que el castor se reinstala y vuelve a construir diques impactando en el bosque nuevamente”, aclaró.