Delegados al plenario del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical (UCR) que se reúne este viernes a partir del mediodía para elegir a la conducción para los próximos dos años, se manifestaron a favor de una mesa que sea representativa de los sectores que conforman el radicalismo, garantice el equilibrio político y exija el consenso en el proceso de toma de decisiones para los años en que deban regir los destinos del centenario partidario. Entre los firmantes, se encuentran los delegados de Tierra del Fuego, Natalia Jañez y José María Martín, quienes formaron un bloque patagónico que busca darle protagonismo a las corrientes que procuran la renovación partidaria.
Además, dicho bloque aprobó un documento, que a continuación se transcribe:
"Renovarnos para ser protagonistas
Como tantas otras veces en nuestra historia, el radicalismo puede transformarse en el vehículo de modernización de la sociedad argentina. Nuestro compromiso es estar a la altura del desafío de la hora y mostrarle a la ciudadanía que queremos encabezar una coalición que sea la contracara de la decadencia kirchnerista. Nos comprometemos a ser una oposición efectiva y para ellos tenemos que
pregonar con el ejemplo y no actuar en espejo en una grieta que congela la competencia electoral, da pasto a las fuerzas antisistema y es utilizada como excusa para cancelar la democracia interna en las fuerzas políticas. Juntos por el Cambio tiene que colocarse bajo el imperio de reglas claras y justas, que atraigan a nuevas figuras políticas y que garanticen la unidad de la oposición democrática. Tenemos que consolidarnos para que en 2023 le demos un nuevo gobierno a la Argentina. En noviembre, una mayoría nacional rechazó las prácticas del Frente de Todos y estableció un nuevo mapa de poder. Pero el camino a la alternancia recién comienza a ser recorrido. Y para ser alternancia, tenemos que volvernos más fuertes y, por otro lado, salir de la zona de confort de ser los colaboradores de triunfos que se vuelven ajenos, ya que luego nos convertimos en los convidados de piedra del gobierno que supuestamente integramos.
Esto que sucedió en nuestra integración en el gobierno de Cambiemos es lo mismo que se pretende al interior de nuestro partido. Que los que ganamos seamos los que calladamente aprobemos las decisiones de una minoría que por años han impedido que la UCR tenga vocación de poder, y en cambio exhiba lo que parece una vocación de impotencia, que premia con una zona de confort a los protagonistas de la derrota. Eso se terminó. Con Evolución, el radicalismo vuelve a mostrar esa vocación por construir mayorías alrededor de nuestro rico ideario programático, reemplazando a una
dirigencia cómoda en la derrota o cómoda siendo el furgón de cola de los ganadores. Tenemos una vocación legítima por el poder, por presentar candidatos propios en cada una de las instancias electorales. Vamos a presentar candidatos propios para Presidente, para Gobernadores en todas las provincias, para intendentes, para legisladores. Y vamos a pelear para que desitribuyan los recursos de poder haciendo justicia a los que logran que la bandera del radicalismo siga bien alta gracias a que reciben la bendición de las urnas, y no del poder de los que se atornillan al sus asientos y se eligen entre ellos.
Por eso queremos un radicalismo protagonista. Porque queremos darle nuestra impronta a Juntos por el Cambio, para que sea mucho más que la coalición de opositores. Argentina necesita que Juntos por el Cambio se fortalezca e institucionalice para que en 2023 haya otro gobierno, con otras prioridades, que nos coloque en la senda del desarrollo con inclusión. Argentina necesita que la Unión Cívica Radical vuelva a encabezar una propuesta de mayorías para que un fututo gobierno de Juntos por el Cambio no sea la continuidad conservadora del kirchnerismo.
Modernizar la carta orgánica para dinamizar el radicalismo
Estamos convencidos que la Unión Cívica Radical debe reformar sus órganos de gobierno partidario por las mismas razones. Estamos en 2021 y, sin embargo, los radicales seguimos teniendo las mismas instituciones partidarias que teníamos hace 130 años. En todo este tiempo pasamos de los partidos oligárquicos a los partidos de masas, del voto cantado al voto universal, secreto y obligatorio, de la universidad para una elite a la Reforma Universitaria, de la Constitución de 1853-60 a la actualizada reforma constitucional de 1994, por citar sólo algunos de los profundos cambios políticos e
institucionales que se dieron en nuestro país. Y a pesar de estos cambios, los radicales seguimos autogobernándonos como hace 130 años. La Carta Orgánica debe favorecer en sus órganos de conducción a las y los correligionarios competitivos. Porque que si son competitivos quiere decir que están más cerca, mucho más cerca de la ciudadanía a la que representan. Si la Carta Orgánica no se
hace eco de los radicales que ganan en sus distritos, o que tienen amplias posibilidades de hacerlo, termina favoreciendo en el poder partidario a un radicalismo que tiene problemas para conectar con la sociedad, para captar los cambios que los votantes le reclaman. Adaptarse a los nuevos tiempos es también esto: que el partido, que nuestra Unión Cívica Radical refleje lo que la ciudadanía quiere. Promover la competitividad no va en contra del principio federal que está presente en nuestra organización partidaria nacional. Al contrario, es considerar de la misma forma a las y los correligionarios de cada distrito según su capacidad para aportar a la fortaleza del partido, para contribuir a la construcción de mayorías radicales en el Congreso de la Nación y al triunfo de la Unión Cívica Radical en las elecciones presidenciales. En concreto, proponemos entonces un único cuerpo de conducción nacional de la Unión Cívica Radical, donde se mantenga la actual representación de la Juventud Radical, la Franja Morada y la Organización de Trabajadores Radicales. Y que las y los delegados por cada distrito se integren mitad por un criterio federativo y mitad por un principio de representación acorde al padrón electoral de cada distrito según la última elección nacional que se haya realizado. A ese número de delegadas y delegados debería adicionársele una cantidad de convencionales igualitaria para aquellos distritos donde una afiliada o un afiliado al radicalismo obtengan la gobernación de la provincia y lo mismo para la intendencia de la ciudad capital de provincia y para la intendencia de toda ciudad o municipio de más de trescientos mil electores, y también delegados adicionales por cada senador nacional o diputado nacional obtenido por la Unión Cívica Radical de cada distrito. Porque estamos en 2021, los radicales vamos por la evolución. Vamos por una nueva Carta Orgánica, por una Carta Orgánica para el siglo XXI."