La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) presentó un informe ante la comisión del área aduanera especial, con el detalle de la caída en la producción y el empleo en la industria electrónica y autopartista de la provincia desde el inicio de la gestión de Mauricio Macri. Las cifras marcan un derrumbe en la producción de celulares y equipos de aire acondicionado, e incluyen una baja en la producción de televisores, pese a ser un año de mundial de fútbol. Los puestos de trabajo perdidos llegan a los seis mil, desde 2016 a la fecha.
La UOM expone en su informe un cierre “del peor semestre de los últimos cuatro años, con al menos mil nuevos trabajadores en la calle, sólo en 2018. La mayoría son contratados en la ciudad de Río Grande que se abocaban a las líneas de producción de televisores para atender la demanda que generó el mundial de futbol. Se da por cerrado para los metalúrgicos el peor semestre de los últimos cuatro años y anuncia el comienzo de un ciclo aún peor”, advierten.
Si bien el acuerdo del congelamiento salarial por dos años garantizaba las dotaciones del personal, las modificaciones a los procesos productivos tendrán serias consecuencias, porque se empieza a revertir el proceso de sustitución de importaciones de los insumos que se utilizan en la electrónica fueguina, que fue “el principio fundamental del modelo industrial llevado a cabo por el gobierno anterior”, sostienen.
Para el caso de los acondicionadores de aire, “las piezas de aislación termo-acústica (poliestireno expandido, felpas, burletes, gomas) que llevan adheridas a las diferentes partes del equipo y que hasta hoy vienen separadas para ser incorporadas por las obreras y obreros metalúrgicos, serán colocadas por los diferentes proveedores asiáticos. Para los modelos con bajo consumo energético del tipo ‘inverter’, se les permitirá ingresar las placas de la unidad exterior mayores a 4.500 frigorías, insertadas fuera del país, a pesar de tener la tecnología instalada y el personal altamente calificado en la Isla”, detallan.
“En el caso de la telefonía celular se recortó cualquier posibilidad de incorporación de tecnología para la termofusión y soldadura por ultrasonido, la inserción de la placas, la sustitución de las baterías importadas por nacionales y a su vez se bajó -del 80 al 70 por ciento- el porcentaje de despiece que debe tener el kit de insumos al momento de ingresar al área aduanera especial; con la posibilidad de traer pre-ensambladas hasta la mitad de las piezas sobre la cantidad de teléfonos correspondientes al 10 por ciento del total fabricado en el semestre anterior”.
Bajo estos nuevos parámetros, “los modelos de alta gama vienen casi terminados”, aseguran, con un impacto en menor requerimiento de mano de obra para la producción de los equipos.
“Estas modificaciones de los procesos de acondicionadores de aire y celulares carecen de fundamentos técnicos y tampoco mejoran el precio final del producto considerablemente, ni siquiera con relación al de origen importado, ni vienen a incentivar algún tipo de desarrollo tecnológico futuro. Sólo se resalta la afectación de los puestos de trabajo”, sostienen.
Según el sindicato, esto se podía evitar y la decisión de modificar los procesos productivos “es una nueva y clara acción que viene a traer desempleo, cierre de comercios, precarización laboral y miseria. Es un nuevo ataque a nuestra soberanía”, dicen.
En el informe se expresa el “más enérgico repudio no sólo a esta serie de modificaciones que afectan más de 300 puestos de trabajo de forma directa sino también al canallesco plan que se viene ejecutando sobre la industria fueguina”.
Los datos son contundentes y exponen que, al cierre del primer semestre de 2018, la producción de equipos de aire acondicionado cayó a 410 mil, contra el millón setecientos mil registrado en 2015, si bien resta la producción pendiente para la segunda mitad del año. En televisores, la producción de casi tres millones en 2015 bajó a los dos millones y medio en lo que va de 2018, sin grandes perspectivas de aumento en el segundo semestre. El caso de los celulares es el más paradigmático, con un derrumbe de 11.654.905 equipos producidos en 2015, contra 4.715.915 en 2018. En cantidad de operarios, mientras el 2015 cerró con una ocupación de 13.810, al cierre del primer semestre de 2018 la mano de obra ocupada es de 7.838, con una caída de casi seis mil puestos laborales.