Las de ayer fueron las terceras elecciones municipales en la potencia petrolera y las primeras en incluir la participación de las mujeres del reino. Según los datos publicados por las autoridades electorales, 1.486.477 personas se registraron para votar, 130.637 mujeres. La proporción fue aún mayor entre los candidatos. De los 6.916 anotados, 978 son mujeres.
La primera victoria femenina anunciada fue la de Salma bint Hzab al Otaibi, quien ocupará una banca en el consejo municipal de la región de La Meca, un distrito famoso por recibir la mayor peregrinación musulmana mundial todos los años.
El secretario de la comisión electoral de La Meca, Osama al Bar, adelantó hoy que, según datos preliminares, Al Otaibi entrará al consejo municipal de ese distrito, aunque no difundió ninguna cifra, según un comunicado difundido por la agencia de noticias oficial SPA, citada por la agencia EFE.
Más tarde, SPA informó de otras tres posibles ganadoras -dos en la región de Ihsaa y otra en la de Tobouk- pero no difundió sus nombres ni a qué ciudad representan, según reprodujo la cadena de noticias qatarí Al Jazeera.
Otros medios oficiales también informaron de otras nueve posibles victorias femeninas.
Tres mujeres obtendrían cargos municipales en la región capitalina de Riad, mientras que en Yeda, en el oeste del país, en Al Ahsa, en el este, y en Al Quseim, en el norte de Riad, se habrían impuesto dos mujeres en cada uno.
Pese a que el pequeño porcentaje que estas mujeres representarán en el número global de funcionarios electoral, su victoria es significativa en un país donde las diferencias de género son abismales.
En Arabia Saudita, un férreo aliado de Estado Unidos y Europa, las mujeres están obligadas a cubrirse de pies a cabeza, no pueden manejar ni salir del país solas. Muchas de sus libertades están "tuteladas" por un hombre, sea su padre, su esposo o un hombre mayor de su familia.
Durante la campaña, la Comisión Electoral impuso la segregación total de sexos y prohibió que los candidatos usen fotografías en su propaganda o den discursos ante personas del otro sexo. Dada la subrepresentación femenina en el padrón electoral, la discriminación sepultó cualquier posibilidad de una victoria más amplia de las candidatas mujeres.
Además, pese al paso histórico que significaron estas elecciones, muchas mujeres aún dependen de que algún hombre aceptase llevarlas a registrarse para votar, participar de un acto electoral o finalmente emitir su voto, ya que no pueden manejar.
Además, la mayoría de los ciudadanos en Arabia Saudita es menor de 18 años y hay sectores importantes de la población que siguen teniendo prohibido votar, entre ellos los militares, gobernadores, jeques de tribus y funcionarios de algunos órganos determinados.
Esto, sumado a que el proceso electoral es aún joven en la conservadora monarquía islamista del Golfo Pérsico, provocó que la participación fuera relativamente baja.
Pese a su estrecha alianza con Riad, las potencias occidentales no presionan con especial interés para democratizar a esta poderosa monarquía, quien también es mundialmente conocida por ejecutar a opositores políticos e imponer una interpretación ultraconservadora de la ley islámica (sharia), que comparte premisas y castigos con la visión religiosa de la milicia extremista Estado Islámico.
Télam