Sería descabellado que luego de participar de escraches en rechazo al aumento de precios, el diputado del Movimiento Solidario Popular (MSP), Oscar Martínez, vote a favor de la Ley de Abastecimiento propuesta por el Poder Ejecutivo, transformándola en una Ley de Expropiaciones. Un adefesio jurídico de semejante estatura no puede ser avalado por quienes sostienen que la suba de precios es un fenómeno preocupante. El prisma bajo el cual observan la economía habla de un desconocimiento supino de las leyes más elementales de la ciencia económica y de la ignorancia de los caminos recorridos hasta el momento por las sucesivas gestiones al frente del Palacio de Hacienda, que llevaron a que la espiral inflacionaria adquiera dimensiones notorias. La inflación argentina, comparable sólo con la de la bolivariana y empobrecida Venezuela, no es resultado de movimientos especulativos perversos movidos por los hilos de un titiritero proveniente de las gélidas aguas del Atlántico norte o Europa. Se trata, ni más ni menos, que de la desconfianza reinante y las expectativas de la crisis que forma parte del escenario por venir en Argentina. Probablemente al diputado Martínez no le agraden los discursos económicos y los nexos causales entre importación de combustibles, nula inversión en capacidad instalada, despilfarro del superávit fiscal, cepo cambiario, etc.; pero votando una Ley de Abastecimiento que atrasa décadas de avances en el conocimiento de la economía, la inflación no hará más que agravarse.
El portal de noticias Urgente24 informa que el Senado le hizo un favor a Juliana Di Tulio, titular del bloque kirchnerista en la Cámara de Diputados, con los retoques a la Ley de Abastecimiento K. En la Cámara alta se aseguró la aprobación pero en Diputados los números están muy justos. Ayudó también que los rionegrinos, cuyo gobernador se pasó al massismo, mantuvieran su apoyo al proyecto de ley, sin ellos las cosas se habrían puesto feas.
El proyecto que modifica la Ley de Abastecimiento de 1975, obtuvo dictamen favorable en la Cámara de Senadores este martes. Pero hubo que hacer modificaciones, no para atraer votos de la oposición o aceptar reclamos empresarios, sino porque el texto ya resultada de difícil digestión para algunos senadores K, empezando por el propio jefe de la bancada: Miguel Pichetto. El rionegrino había confesado, días atrás, su preferencia por un “capitalismo de mercado más abierto”, deslizando su malestar con la norma. Ayer, la Casa Rosada aceptó excluir a las Pymes, eliminar las clausuras definitivas de la iniciativa y a la Secretaría de Comercio como autoridad de aplicación, entre otros.
Para la oposición no es suficiente: “la presidenta mañana va a firmar un decreto que diga que la autoridad de aplicación es la Secretaría de Comercio”, de modo que sería inútil ese cambio, dijo Gerardo Morales (UCR). Cristina ya apeló a esa alternativa, como en el caso de la Ley de Medios y su reglamentación.
La novedad en el Senado fue una buena noticia para Juliana Di Tullio, titular del bloque K en Diputados. A diferencia de la Cámara alta, en la baja, los números están más ajustados y repercuten más cuestiones externas al Congreso. Una fue el pase del gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, al massismo. Sin embargo, los diputados de esa provincia que representan al FpV votarán con el resto del bloque. Las dudas están en los neuquinos del Movimiento Popular Neuquino. El gobernador Jorge Sapag está enfrentado a la Casa Rosada por la nueva Ley de Hidrocarburos que impulsa junto con el CEO de YPF, Luis Galuccio.