El diputado nacional Julio Martínez (UCR – La Rioja) denunció que “Chevron, la compañía que firmó el polémico acuerdo con YPF para desarrollar Vaca Muerta, es socio inversor de Oil Spill Response Limited (OSRL), que presta servicios a las empresas petroleras que operan ilegalmente en aguas de las Islas Malvinas”.
“OSRL brinda servicios de respuesta a derrames de petróleo y, en el caso específico de Malvinas, mantiene contratos de capacitación y asistencia con Noble Energy, Falkland Oil & Gas (FOGL), Borders & Southern Petroleum, Rockhopper Exploration, Desire Petroleum y Argus Resources [2]”, explicó Martínez.
“Resulta gravísimo que el Gobierno Nacional viole sistemática y reiteradamente la ley 26.659, que en su artículo 5 prohíbe que el Estado nacional contrate con personas físicas o jurídicas, nacionales o extranjeras, sus controladas o accionistas, que en forma directa o indirecta desarrollen actividades hidrocarburíferas en Malvinas”, agregó Martínez, quien días atrás denunció penalmente a Parrilli por la contratación del avión que llevó a la Presidente de la Nación a las Islas Seychelles.
Destacó que. “Oil Spill Response Limited también cuenta entre sus accionistas a PDVSA, la petrolera estatal venezolana que también tiene intereses comerciales en el país”.
“Pero no sólo eso: Oil Spill Response Limited también tiene contratos firmados con Chapman Freeborn, la empresa contratada por Parrilli, quien tiene asignado por el Ministerio de Defensa del Reino Unido el puente aéreo Reino Unido-Malvinas”, explicó Martínez.
Remarcó que, “las contradicciones del relato kirchnerista resultan harto evidentes y sistemáticas: sobreactúan la cuestión Malvinas, insultan a Cameron, a los holdouts y a Griessa, pero contratan empresas británicas para los vuelos de la Presidente a los paraísos fiscales, a Barclais para reestructurar la deuda y se asocian a Chevron para explotar Vaca Muerta”.
Para el diputado radical, “el kirchnerismo ya no puede ocultar que toda su política está caracterizada por la impericia, la incapacidad y la mala praxis, y fuertemente sospechada de innumerables negociados y corrupción en cada uno de sus actos, todo lo cual resulta extremadamente caro para todos los argentinos”.
“Al kirchnerismo hay que juzgarlo por los negociados que firma con la mano, no por las bravuconerías que expresa con la boca”, concluyó Julio Martínez.