Los líderes tribales y clérigos sunitas de Irak ofrecieron este viernes su respaldo al nuevo primer ministro, Haider al Abadi, pero con condiciones.
En nombre de ellos habló Ali Hatem Suleiman, uno de los líderes tribales más influyentes. Dijo que están dispuestos a trabajar con el nuevo gobierno en la lucha contra el Estado Islámico, antes conocido como ISIS, siempre y cuando éste respete los derechos de los sunitas, la minoría musulmana que dominó Irak bajo el mandato de Sadam Hussein.
Suleiman dejó abierta la posibilidad de que los sunitas tomen las armas para hacer frente a los yihadistas, tal como lo hicieron cuando se unieron a Estados Unidos y a las fuerzas gubernamentales iraquíes lideradas por los chiitas para luchar contra Al Qaeda entre 2006 y 2009.
Beneplácito general
Hasta el momento Al Abadi ha recibido el beneplácito de varias partes.
El gran ayatolá Ali al Sistani dijo este viernes que la transición hacia un nuevo gobierno en Irak es "una rara oportunidad" para resolver la crisis política y de seguridad del país.
El clérigo chiita de mayor rango en Irak acogió con optimismo que el primer ministro Nouri al Maliki renunciara al cargo en favor de Haider al Abadi.
La consejera de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Susan Rice, manifestó este mismo viernes esperanza de que la renuncia de al Maliki contribuya a que los iraquíes se unan en contra de los militantes extremistas del Estado Islámico (EI), antes conocido como ISIS.
Por su parte, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, llamó al sucesor de Al Maliki, Al Abadi, a que forme un gobierno inclusivo.
BBC Mundo