| 6 de marzo

“Lo que para Sciurano hace 10 años era ilegal, hoy es natural”

Después de 30 años de democracia, escuchar declaraciones en las que se reprocha a Concejales de la oposición de “embarrar la cancha” por pensar diferente, entonces perdimos el norte del porqué ocupamos las bancas del Concejo Deliberante capitalino. Estas declaraciones, demuestran un fuerte grado de intolerancia y falta de respeto, al punto de convertirse en manifestaciones formuladas con absoluta liviandad, calumniosas y hasta temerarias.

Después de 30 años de democracia, escuchar declaraciones en las que se reprocha a Concejales de la oposición de “embarrar la cancha” por pensar diferente, entonces perdimos el norte del porqué ocupamos las bancas del Concejo Deliberante capitalino. Estas declaraciones, demuestran un fuerte grado de intolerancia y falta de respeto, al punto de convertirse en manifestaciones formuladas con absoluta liviandad, calumniosas y hasta temerarias.
Mantengo firmemente mi opinión, y estoy absolutamente convencido, que la licencia otorgada al Concejal Rubinos para cubrir el cargo de Secretario de Gobierno, no se ajusta a lo que establece la Carta Orgánica Municipal, sustentado además, en la opinión de distintos juristas que acercaron su opinión y fundamentos. 
Esto se funda además, en antecedentes existentes en el Concejo Deliberante, que datan del año 2004, cuando el Concejal Wolaniuk (MC), solicitó una licencia de las mismas características que la presentada por Rubinos. En esa oportunidad, el Convencional Constituyente y actual Intendente Municipal Federico Sciurano, concejales de la entonces oposición política, vecinos y organizaciones de la sociedad civil, se expresaron de manera vehemente y verborrágica, oponiéndose a la misma licencia que hoy con esta liviandad se ha otorgado sin mayores manifestaciones que las efectuadas por la oposición bien entendida. En base a todo ello tomé la decisión que es de público conocimiento.
No me extraña la postura de De Marco, ni la de Llanes, ni la de Vuoto, fue consecuente con lo que sostuvieron en el año 2004, sus respectivas fuerzas políticas. Si me extraña la postura del Intendente y del Bloque oficialista. Lo que resultaba ILEGAL hace 10 años atrás, hoy resulta absolutamente natural. Lo extraño es que el marco normativo no se ha modificado en estos años. Lo que se modificó es la silla que hoy ocupa Sciurano, diferente a la que ocupaba en el año 2004. Esto no es ni más ni menos que OPORTUNISMO POLITICO, es torcer la legalidad de las normas que nos rigen según la conveniencia política o a la situación coyuntural del momento.
Al Concejal De Marco se le olvida que cada uno de los Concejales que ocupan una banca, representan a un sector de la comunidad que le brindó su confianza y su apoyo a través del voto popular; por lo tanto es razonable y absolutamente saludable para una democracia, que en un debate político, dentro de una casa política, surjan opiniones encontradas, puntos de vista y apreciaciones personales e ideológicas ante diferentes situaciones.
El Concejo Deliberante debe ser la caja de resonancia donde se manifiestan diferentes expresiones políticas, que muestran nada más ni nada menos la pluralidad de ideas y lo diversa que es nuestra sociedad. Por lo tanto, cada Concejal, dentro del recinto tiene la obligación y la responsabilidad de ser vocero de las opiniones de los vecinos y sectores políticos que representa.
Las manifestaciones formuladas por el Concejal De Marco, resultan a mi criterio poco felices. Descalificar a sus pares por pensar diferente, o por no estar de acuerdo con lo resuelto por la mayoría del Cuerpo, no habilita a la falta de respeto y a deponer opiniones distinta, que además son formuladas con argumentos sólidos. Nadie pretende “embarrar la cancha” y menos aún utilizar la Institución Legislativa, para obtener réditos personales; realizar estas afirmaciones, resulta poco inteligente, una actitud desesperada que concluye en un discurso precipitado y ofensivo.
En esta lógica manifestada por De Marco, se podría leer entre líneas claramente que éste forma parte de una mayoría automática, que convalida todo lo actuado por el Ejecutivo Municipal, poniendo en riesgo principios republicanos básicos, como es la división de poderes, transformando el Concejo Deliberante en una escribanía de la Intendencia, que da fe de todo lo actuado. Basta con dar un vistazo, al azar, de diferentes sesiones, y concluir que la realidad es más palpable de lo que uno supone. Y sin lugar a dudas, para muestra basta un botón, en la última sesión, de 17 proyectos presentados por el bloque que represento, solo uno prosperó, el resto fue desechado sin argumentación alguna. Parece que los proyectos son aprobados y sancionados, según el Concejal que los presente, no importa si son demandas genuinas de los vecinos o buscan dar respuestas a la comunidad.
La política, a mi criterio, es una construcción social y de poder, que debe buscar en forma permanente e irrenunciable el bienestar general. Esta ecuación se resuelve buscando los consensos necesarios, pero los consensos en beneficio de la sociedad, respetando a los demás y no imponiendo la tiranía de la mayoría, que por ser mayoría, no siempre tiene la verdad revelada ni son dueños de la razón absoluta.
No es mi intención hacer circos mediáticos, ya que no me paso el día deambulando por los medios. Desde que ocupo la banca en el Concejo Deliberante, siempre me he preocupado por trabajar por los vecinos, seguramente con errores, como a todos nos pasa, pero siempre poniendo mi mejor buena voluntad y entusiasmo para tratar de buscar soluciones a los problemas de la gente.
Es valedera la preocupación del Concejal De Marco en buscar soluciones. Basta solamente con que se traten y se lleven adelante los proyectos referidos al Matadero Municipal, al transporte público de pasajeros, al tránsito vehicular, al manejo de los residuos sólidos urbanos y a otros temas que afectan a la comunidad, que fui presentando a lo largo de toda mi trayectoria como concejal.
Lo que tendría que preocupar a De Marco, además de las cuestiones de fondo, es el buen funcionamiento del Concejo en su conjunto y el reparto equitativos de los recursos económicos para que cada Concejal pueda desarrollar cabalmente su tarea, cosa que en la actualidad no sucede. En los dos últimos años el bloque que represento, ha sido sistemáticamente discriminado de forma grosera, privándoselo de las herramientas necesarias para llevar adelante su labor legislativa.
Por último, no es bueno que una mayoría utilice mal sus poderes agraviando a sus adversarios políticos, posturas de estas características atentan contra la propia libertad. La democracia se ve fortalecida cuando el buen gobierno no se juzga por el numero grande o pequeño de quienes lo poseen, sino del numero grande o pequeño de las cosas que es licito que hagan. La omnipotencia en sí misma es mala y peligrosa, sobre todo cuando los intereses en juego son los de los vecinos de mi ciudad.
Fuente: RedInTDF
 
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