Luego de la media sanción en la Cámara de Diputados del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el expresidente del Banco Central Martín Redrado consideró que “el problema central de la Argentina es que no tiene plan. Caímos en las soluciones burocráticas del Fondo que tiene las mismas medidas para todos los países, entonces el ajuste fiscal o monetario va para Malasia o la Argentina”.
“Argentina debió llevar un plan y finamente tomamos un programa del Fondo Monetario, fuimos a la receta clásica y la Argentina está para más”, puntualizó en diálogo con Radio Mitre.
Sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional dijo que “posterga los problemas de la Argentina, pero no resuelve ni la inflación, ni el estancamiento económico, ni la pobreza… es patear la pelota”.
Acerca de quién va a pagar los ajustes que se vienen, el jefe de Fundación Capital advirtió que serán “la clase media y la clase humilde”, por lo que “hay que trabajar en serio de bajar el gasto de la política, pero en serio no quedarnos en slogans: en lugar de tener legislaturas en todo el país dividamos el país en seis regiones y bajar de 22 a 8 ministerios”, aportó Redrado.
En efecto, el economista lanzó ideas ciertamente disruptivas, como la posibilidad de reducir ya no el número de legisladores, sino directamente legislaturas provinciales.
Se preguntó entonces: “¿Para qué necesitamos diputados y senadores provinciales en todas las provincias?”, y sugirió entonces regionalizar el país de modo tal que las provincias se aglutinen en seis regiones y tener una sola legislatura para cada una de esas regiones.
Puso como ejemplo lo que denominó “Nuevo Cuyo”, que aglutinaría a las provincias de Mendoza, San Juan, San Luis y La Rioja. “Un solo parlamento que trabaje para esas provincias, que trabaje en un proyecto de desarrollo nacional”, sugirió.
Con eso se bajarían los gastos en legislaturas, y con respecto al Congreso de la Nación ya no recomendó reducir el número de senadores y diputados, pero sí asesores.
También, a nivel Poder Ejecutivo, recomendó pasar de los 22 ministerios actuales a 8, con lo que a su juicio se podría “funcionar perfectamente bien”.