La seguidilla de nuevos casos de Covid19 que se produjo la última semana en Tierra del Fuego reavivó las disputas políticas y los pases de factura, sobre todo contra el gobernador Gustavo Melella por haber concentrado en el aeropuerto de Ushuaia los vuelos humanitarios y de repatriación de personas varadas en otras partes del país. Tras haber dado marcha atrás en abril luego de una serie de cacerolazos de vecinos (algunos alentados por el discurso de concejales y funcionarios del intendente Martín Pérez) que exacerbaban la división entre una Ushuaia plagada de infectados y un Río Grande libre de contagios, el primer mandatario reforzó la comunicación en Ushuaia para garantizar, no sólo el regreso de vecinos que habían viajado a otras provincias sino, sobre todo, la provisión de insumos médicos que se usan en los hospitales y sirven, entre otras cosas, para asegurar el derecho a la salud.
Una provincia como la nuestra, dada su condición insular, tiene muchas dificultades para abastecerse de productos. Si bien existen mataderos o huertas que proveen de alimentos, una gran mayoría debe ser traída por medios aéreos o terrestres desde el continente. Insumos médicos como los kits de diagnóstico rápido (que paradójicamente el Municipio de Río Grande recién anunció esta semana disponer de ellos), deben ser trasladados por vía aérea. Los mismos diputados y senadores del Frente de Todos (FdT) de la Patagonia anunciaron que se encontraban trabajando en garantizar y mejorar la conectividad aérea de la región. ¿Por qué los intendentes Pérez y Walter Vuoto de Ushuaia irían en contra del trabajo de quienes representan los intereses de la región? ¿Por qué de repente Vuoto y Pérez querrían ir en contra del trabajo que dicen sostener hace años para mejorar las comunicaciones? Vuoto, recientemente, anticipó que trabajaba en una ruta turística con El Calafate y Puerto Madryn. ¿Podría avanzar en ese sentido mientras critica el funcionamiento del aeropuerto de Ushuaia?
Sin dudas existen baches que deberán ser revisados en materia de vuelos humanitarios. También es verdad de perogrullo sostener que podrían mejorarse los controles que hubieron en turismo interno dado que, como afirmaron desde el Ministerio de Salud, el nexo epidemiológico de los infectados de Ushuaia se localizaría en Río Grande. Lo que no es posible afirmar es que la realización de vuelos humanitarios tenga un fin inconfesable. Tanto Defensa Civil provincial cuanto la Policía -en consultas realizadas por este medio a miembros de dichas dependencias-, realizaron no sólo controles en la terminal aérea sino durante la estadía en que debían cumplir aislamiento obligatorio. Tres veces al día los recién llegados recibían la visita de personal que corroborara el cumplimiento del aislamiento. Y las causas judiciales en que el Gobierno provincial se constituyó como querellante muestran que existe una gran preocupación por minimizar la red de contagios.