Por Javier Varetto* Realmente es insostenible un discurso que se manifiesta “favorable” a los /as trabajadores/as ,manteniendo como política la aplicación como está planteada hoy del impuesto a las ganancias sobre la cuarta categoría, afectando el salario de un importante sector de trabajadores/as. Está claro también que la llegada a este estado de situación es fruto de la falta de voluntad para corregir esta confiscación salarial que sufren una parte del sector laboral en blanco de nuestro país, de parte de los distintos gobiernos nacionales, donde sin importar el color político, se aprovecharon de esta mecánica injusta para generar caja fácil, pero también es real que en el caso del actual gobierno nacional, el mantenimiento y la profundización de este sistema de descuentos, nada tiene que ver con una política a favor del sector trabajador.
Y frente a esta realidad de nada sirven los parches parciales y temporales que implementa el gobierno, como lo es la solitaria suba del mínimo producida, sin actualizar las tablas del impuesto, las deducciones, y no avanzando sobre los necesarios cambios de fondo que hay que realizar respecto del funcionamiento de este impuesto.
Este impuesto es absolutamente distorsivo, que afecta directamente la cuestión salarial, que está totalmente apartado del espíritu original de esta ley que tenía una idea de progresividad. El problema es que esa tabla hace décadas no tiene actualizaciones, lo que provoca que muchos trabajadores/as estén en la tasa más alta del 35%, inclusive como hoy está planteado los/as trabajadores/as pagan más que las empresas, hoy se ubica a un trabajador/a a pagar el 35% ,igual que una empresa que paga el 35% ganando más de 77 millones de pesos.
Es necesario para disminuir la incidencia del impuesto, por ejemplo incorporar deducciones especiales relacionadas con la posibilidad de deducir compras de familias de productos nacionales de electrónica, del automóvil, para construcción, de turismo nacional, que impulsarían cuestiones de consumo, blanqueo de economía, retornaría el costo fiscal al Estado por otros impuestos y aliviaría la carga del impuesto. Además se deben actualizar e incorporar nuevas deducciones, en lo que llamamos humanizar el impuesto (gastos geriátricos, educativos, enfermedades oncológicas, etc. u otras deducciones sobre políticas que se quiera impulsar, ej. donación de sangre u órganos).
También se debe actualizar las tablas como mencionamos en el anterior párrafo, para devolver la progresividad del impuesto. Más allá que la alternativa de solución de fondo, en nuestra óptica que EL SALARIO NO ES GANANCIA, lo que significaría la eliminación de la cuarta categoría y que ganancias sea pagada solo por los altos ingresos.
En este sentido nosotros entendemos, que incorporando dinero en el bolsillo del trabajador/a, lo que el Estado deja de recibir por este impuesto, va a ser utilizado por familias trabajadoras para activación de la economía y con un adecuado sistema de incentivos eso volverá a ser un recuperado por vía de otros impuestos.
*Varetto es presidente del Congreso Nacional de la Organización de Trabajadores Radicales (OTR).