Nada para celebrar: Cristina Kirchner y su victoria pírrica

Finalizado el escrutinio definitivo de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, celebradas el 14 de agosto, se conoció el resultado que muchos presagiaban: Cristina Fernández de Kirchner obtuvo el 34.27 por ciento, lo que equivale a 3.229.194 votos, contra Esteban Bullrich, quien logró 34.06 por ciento o 3.208.870 votos. Esto es, una diferencia de poco más de 20 mil sufragios. Una presidenta dos veces electa, anteriormente senadora beneficiada con altos porcentajes, que incluso era vista como el gran monstruo que derrotaría a Cambiemos con diez o veinte por ciento de diferencia, según algunos encuestadores como Artemio López, terminó derrotando por un puñado de votos a quien era hasta hace menos de dos meses el ministro de Educación de Mauricio Macri. Eje de polémicas inefables, como el cierre de paritarias que extendió el conflicto docente hasta mediados de año o las declaraciones en las que se vanagloria de formar un gobierno que “mete preso un pibe cada día”, Bullrich ganó más de lo que pueda decirse. Simbólicamente, fue una victoria haber obtenido semejante caudal de votos con tantos traspiés en tan poco tiempo. 

Probablemente dicha ajustadísima victoria obligue al kirchnerismo a replantear su estrategia. Incluso han difundido conductores de la farándula vernácula que la popular conductora Susana Giménez estaría por invitar a la santacruceña devenida en bonaerense por cuestiones de popularidad a su programa, lo cual produjo una grieta al interior del movimiento que alberga a Leopoldo Moreau, Juan Cabandié, Julio De Vido, Hebe de Bonafini y César Milani. Algunos pretenden grabar el programa en caso de hacerse y pautar las preguntas, lo cual, de ser cierto, no es más que la confirmación de la imposibilidad de hacer frente a un reportaje sin filtro y con disposición a responder los interrogantes que se ciernen sobre Fernández de Kirchner. 

Asimismo, quepa la duda de cómo encarará el oficialismo su estrategia de cara a la renovación parlamentaria de octubre. Apostar y rogar porque los brotes verdes de la economía sean reflejados por el ciudadano de a pie parece ser una parte nomás del trabajo que Cambiemos lleve a cabo. Hacer énfasis en lo que significa Fernández de Kirchner, admitiendo los innumerables problemas que aún atraviesa la Argentina pero recordando cuál es el punto de partida, sin dejar de lado la incoherencia del Frente de Unidad Ciudadana que pretende presentarse al electorado como los rescatistas del oleaje que ellos mismos provocaron, es otro de los elementos subyacentes en estos comicios.