La firma del acuerdo salarial entre el Municipio de Ushuaia y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) para el segundo semestre de 2022, deja un sabor amargo en cuanto al porcentaje. El modelo económico de La Cámpora en Ushuaia es, sin duda, excluyente, empobrecedor y con los salarios corriendo (muy) por detrás de los aumentos de precios.
De acuerdo a lo informado por gacetilla de prensa, el aumento acordado es escalonado, determinando incrementos de 10% en julio, 5% en agosto, 8.5% en noviembre, 9% en diciembre y 4% en enero. Si bien algunos meses podría llegar a superar los índices de precios al consumidor en una proyección optimista de los números que prevé el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), claramente durante agosto, noviembre y enero, los porcentajes apenas lograrían equivaler a la inflación. No obstante la posibilidad de reabrir paritarias para una nueva discusión salarial en octubre, permítase el beneficio de la duda dados los numerosos antecedentes que tiene la gestión de Walter Vuoto incumpliendo compromisos y haciendo caso omiso a los reclamos de los trabajadores.
El aumento interanual, según el secretario de Gobierno, Omar Becerra, sería del 64%, lo cual no termina de compensar la inflación interanual informada este jueves por el INDEC, casualmente también de dicho porcentaje. Tampoco si lo observamos a través de la devaluación que el peso argentino tuvo durante el transcurso de 2022, una de las peores devaluaciones del mundo que hizo que, actualmente, un peso argentino equivale a un centavo de dólar según la cotización oficial. Si tuviésemos en cuenta la cotización libre, un peso argentino equivale a menos de medio centavo de la moneda estadounidense.
En comparación con el aumento que ofreció el Gobierno provincial a ATE, si bien este último es un poco más favorable a los empleados públicos estatales, la incapacidad de los agentes económicos de poder determinar con una mínima certeza las perspectivas de la economía por venir, provoca falta de definiciones en los ámbitos estatales para negociar salarios e impedir que estos sufran mucha licuación en el poder de compra. Es uno de los problemas principales, agravado aún más como consecuencia de la inexistencia de un plan económico que permita empezar a visualizar un orden en las cuentas fiscales y los parámetros del Gobierno nacional que se encuentra llevando a cabo, de esta manera, uno de los mayores ajustes que ha sufrido la economía argentina en toda su historia.