El discurso que la gobernadora Rosana Bertone pronunció este miércoles representa la ceguera y la incapacidad de mostrar un diagnóstico realista de una situación para todos lamentable, excepto para un gobierno plagado de aplaudidores, en el que la Legislatura, desgraciadamente, ha tomado intervención avalando cada ley presentada, debatiéndola con custodia policial y a altas horas de la madrugada e impidiendo debatir en su seno mediante el recurso de justificar la falta de sesiones. Tapar el Sol no puede hacerse con una mano ni dos. Tapar la realidad de nuestra provincia no puede hacerse con discursos más enfocados en hablar del pasado como si fuese una campaña que en proyectar seria y responsablemente hacia el futuro.
Es verdad de Perogrullo advertir que la industria no es preocupación lo suficientemente manifestada, pues la eliminación de aranceles a la importación de pc’s y tablet es un hecho concreto. Sostener que se va a defender la industria cuando el propio ministro de Desarrollo Económico de la Nación, Francisco Cabrera, anticipó que analizan, no eliminar pero sí disminuir los aranceles a la importación de teléfonos móviles, es una realidad que un discurso no puede tapar. Anunciar que se “pone el lomo” para defender cada puesto de trabajo y que hay un compromiso de “no tocar” el subrégimen de Promoción Industrial hasta 2023 es la admisión tácita de que no hay un trabajo para extender más allá de ese año dicho subrégimen y que la única salida es hacer la plancha mientras tanto.
En materia de educación, evidentemente existe una conflictividad crónica que impide iniciar cada año en tiempo y forma las clases. Pero también es evidente que no existe voluntad de parte del Gobierno de Rosana Bertone de negociar a partir de la buena fe y la información accesible para todos los habitantes de la provincia, eliminando variables y datos que estaban antes disponibles en un portal como Gestión Transparente. Dicho portal, pese a sus carencias, no debiera haber sido borrado sino perfeccionando la calidad de la información, evitando, además, la caída en el ranking nacional de transparencia, ubicándonos nuevamente en rezagada respecto a otras provincias.
No puede dejar de hablarse de que, obviamente no existe peor salario que el que no se paga. Pero tampoco existe mejor salario que aquel que permite a los trabajadores vivir dignamente y por encima de una inflación que, indudablemente, para los funcionarios que ganan decenas de miles de pesos más no advierte. Probablemente una disminución en el gasto político salarial no sirva, financieramente, para equilibrar los números de una provincia que arrastra una proporción de gastos irracional. Pero es una irresponsabilidad y una falta a la ética pública permitir que legisladores obtengan viáticos internacionales expresados en dólares para viajar a Miami a un encuentro de turismo de cruceros, mientras se les dice a los docentes que no hay suficiente plata para otorgar un aumento que permita vivir mejor a una porción importante de fueguinos.
En materia de salud, no podemos dejar de hacer mención a un vago anuncio sobre la construcción de un nuevo hospital que incremente la cantidad de camas. Sin embargo, no detalló el medio de financiamiento, los plazos de construcción, la existencia de un proyecto ni alguna información que hable de que dicha mención no son meras palabras, sino el resultado de un trabajo serio, organizado y acorde a las demandas de la población. De todas maneras, es objeto de preocupación que considere que pasar de 80 a 130 camas sea un logro de gestión, pues la población de Ushuaia, por ejemplo, supera las 70 mil personas.