Cada 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales con el fin de generar conciencia en torno al rol que dichos ambientes cumplen para las personas y el planeta. En Tierra del Fuego existe el 95 por ciento de las turberas con que cuenta la Argentina y constituyen los humedales de mayor relevancia biológica.
Por iniciativa de la Convención sobre los Humedales celebrada el 2 de febrero de 1971 en la ciudad de Ramsar, Irán, esta fecha toma relevancia por la involución histórica que los humedales han sufrido. Desde 1700 se han degradado y, por ende, perdido, humedales en una proporción tres veces más acelerada que bosques, siendo aquellos unos ecosistemas que contribuyen a la biodiversidad, la mitigación del cambio climáticos, la disponibilidad de agua dulce, entre otros.
En el mundo existen más de 2200 sitios protegidos que representan más de doscientas millones de hectáreas. En la Argentina, en tanto, se declararon 22 sitios Ramsar que equivalen a una superficie de más de cinco millones de hectáreas. En el caso de Tierra del Fuego, el Glaciar Vinciguerra es uno de los de mayor importancia, al igual que la Reserva Provincial Costa Atlántica en la zona norte de la isla, con casi 29 mil hectáreas y que alberga una fauna de aves migratorias que aprovechan esta zona para descanso y alimentación.
La Legislatura provincial, además, avanzó en la protección de los humedales mediante la sanción de la Ley Provincial N° 1461 en sesión ordinaria celebrada el 6 de diciembre de 2022 y promulgada por Decreto Provincial N° 3504/22 de fecha 19 de diciembre, con publicación pertinente en el Boletín Oficial de la Provincia del día 21 de diciembre; que establece la creación del Área Protegida Península Mitre, por impulso de entidades ambientales y científicas que promovieron la iniciativa durante más de tres décadas. La biodiversidad de la región cuya protección se declaró es de importancia singular, sin dejar de lado, claramente, la relevancia histórica que sus playas albergan por la cantidad de naufragios ocurridos desde tiempos inmemoriales y que, de tanto en cuanto, suele deparar sorpresas a los intrépidos exploradores que se adentran en su territorio.
No obstante, el sabor agridulce que no puede faltar y que podemos relacionarlo con la importancia de preservar ambientes, es el de la protección de los bosques, aquejado por incendios forestales que destruyen miles de hectáreas cuya recuperación demorará cientos de años y debería ser motivo de preocupación. Tierra del Fuego sigue sin tener aeronaves que puedan actuar rápida y eficazmente los incendios que afectan a la provincia en algunas temporadas estivales en las que los niveles de sequía pueden servir de disparador de ígneos de magnitud dantesca.