Siempre es una satisfacción para mí estar en esta apertura. En este caso la 35 edición de esta exposición que de algún modo sintetiza de una manera práctica, casi diría fotográfica la complejidad que supone el desarrollo territorial.
En esta exposición que no solo es rural, sino también industrial, comercial, tradicional y querida en nuestra ciudad de Río Grande, se expresa en este espacio y en este lugar esa complejidad a partir de la cual nosotros entendemos el desarrollo. Cómo en una porción geográfica conviven con sus luces y sus sombras lo rural y lo urbano, lo forestal, lo ganadero, lo turbero, lo industrial lo comercial, atravesado por la cultura de su gente.
Gente con una cultura rural y otros con una cultura urbana, pero también con una cultura de inmigrantes, con una historia, con un modo de hacer y un modo de construir. En esa complejidad del desarrollo territorial aparecen los desafíos y las oportunidades.
Recién nos contaba muy didácticamente el presidente de la Asociación Rural algunos de los problemas que se reiteran. Y lo hablábamos también recién en el espacio que compartíamos con el Intendente de Ushuaia y con los representantes del municipio, cómo indubitablemente nuestros destinos están ligados. Lo urbano y lo rural. No es posible sectorizar sino a partir de los proyectos de trabajo, pero en el trabajo concreto, esa articulación que supone lo urbano y lo rural tiene consecuencias, aún con el compromiso de las instituciones.
En este territorio complejo que tiene lo urbano, lo rural, lo comercial, lo industrial, lo cultural, lo educativo, están los municipios, están las universidades, está el INTA, está el INTI, y a pesar de los esfuerzos, y a pesar de los recursos, y a pesar de los quirófanos móviles, y a pesar de los recursos destinados a capacitación profesional, seguimos teniendo el riesgo, esto fue dicho bastante más duramente el año pasado cuando la sociedad rural nos decía que había riesgos de que ese producto fueguino que es el cordero ya no nos caracterice como Tierra del Fuego.
Y esto no se debe a un cataclismo, a una peste, no se debe a una epidemia en los campos fueguinos. Se debe a los perros asilvestrados, que no crecen en el campo, que no llegaron al campo sino a través de las ciudades. Y las ciudades tienen divisiones de zoonosis, y estas divisiones tienen quirófanos móviles, pero si esos quirófanos no tienen a esos habitantes urbanos que se hagan responsables de sus animales domésticos y los lleven a castrar, les pongan una correa y los cuiden, nuestra propia actitud como ciudadanos está haciendo modificar la estructura productiva de Tierra del Fuego.
De esto tenemos que ser conscientes, porque si no parece que los perros asilvestrados llegaron solitos, y llegaron solitos porque hubo un ciudadano que no se hizo cargo. Y esta es la complejidad del desarrollo territorial. Que el problema ganadero es un problema que atraviesa espacios culturales y de responsabilidad ciudadana y también institucional. De esa responsabilidad institucional podemos dar cuenta. Pero también hay otras cuestiones que se plantean hacia adelante como un gran desafío.
Y en realidad yo quiero hablarles hoy aquí, de lo que supone la seguridad alimenticia y la soberanía alimenticia. La producción del campo de tierra del fuego, que si bien está amenazada por los perros asilvestrados puede y debe diversificarse. Ese poder y deber diversificarse debe mirar también hacia adentro de las ciudades desde el espacio rural. Hoy nuestra posibilidad de aceptar este desafío nos permite pensar que nuestras condiciones fitosanitarias son de excepción. Vivimos en una isla.
Las condiciones que ha generado la ley de promoción industrial son diferentes a las del norte del país. La población con necesidades alimentarias insatisfechas en relación a la población total es un mercado para pensar y para trabajar. Para esto desde nuestra Secretaría de Desarrollo Sustentable y Ambiente se está trabajando y se ha presentado ante el INTA el programa pro agro hasta el año 2030.
A la institución que aquí acaba de decir que con 77 años de vida requiere de una participación, nosotros los convocamos a que enriquezcan este proyecto. Necesitamos de la opinión de ustedes como también la de los pequeños productores que desarrollan a diario la economía social de nuestra tierra del fuego que tienen que ser oídos, contemplados y atendidos en este plan integral agropecuario que no solo nos para en el lugar de reclamo sino en el lugar de compromiso para dar una respuesta a nuestra población.
Es cierto que nos falta mucho por hacer, pero también es cierto que se ha hecho mucho. La provincia de Tierra del Fuego finalmente y luego de muchos años de discusión, ha dado sanción a la Ley de Bosque Nativo, que generó y genera una cantidad de recursos que se han dispuesto para lo que es la recuperación del espacio boscoso, porque también dentro del desarrollo territorial el espacio forestal tiene un lugar. Hay recursos que se han destinado a la remediación de incendios.
El fuego es uno de los mayores problemas ambientales de nuestro sector rural. Parte de los recursos de la ley de bosques se ha utilizado, y lo pueden ver en el portal de gestión transparente, en capacitación de personal, en adquisición de recursos, camionetas, cuatriciclos, se ha desarrollado la ley y el escalafón de trabajadores de la brigada forestal y la brigada de incendios.
Se han destinado recursos también para la puesta en valor de bosques urbanos en la ciudad de Ushuaia. Se ha firmado también la disposición de recursos para el bosque urbano de Tolhuin. Se han firmado además las disposiciones de la Secretaría de Desarrollo Sustentable y ambiente para que esos recursos de la Ley de Bosques, que son recursos nacionales por la adhesión de la provincia a esa ley, puedan ponerse a disposición del sector privado para el manejo y el desarrollo de los bosques que se encuentran en tierra privada. Pero también hay cosas que nos faltan.
Estamos presentando el día lunes el proyecto de Ley que establece el sistema de guardaparques para que los parques provinciales tengan el cuidado que merecen con el recurso humano y el recurso económico necesarios para que esto pueda estar a favor del patrimonio de todos los fueguinos. Hay otras cosas que nos faltan. Se hablaba aquí del impuesto inmobiliario rural. Hace apenas dos años que pudimos finalmente contar con el dictado de una ley en ese sentido.
Por segundo año consecutivo y con diferencias respecto de la interpretación que hace la Asociación Rural se llevó adelante este impuesto. Yo debo decir en nombre del Estado Provincial que nunca en estos siete años que he tenido el honor de abrir esta exposición nadie ha utilizado esta tribuna como una tribuna de reclamos sino como un espacio donde genuinamente cada uno de los que hacemos uso de la palabra lo hacemos exponiendo con sinceridad y respeto los problemas y sobre todas las cosas los compromisos.
El compromiso del Gobierno Provincial es que si hay criterios de injusticia fundados en relación con la aplicación de la ley, esos criterios puedan ser expuestos ante la legislatura provincial porque también debo decirles que esto que se aprobó no es el proyecto que presentó el ejecutivo, es el que pudimos sancionar.
Así que en este sentido creo yo que los espacios institucionales deben estar abiertos para que ningún ciudadano, del espacio rural o urbano, del sector productivo ganadero horticultor, industrial o comercial sienta que desde el estado provincial se está esquilmando a alguien, sino que lo que está haciendo es aportando para el desarrollo colectivo con equidad y con trabajo. Creo yo que desde esa perspectiva debe ser planteado en los ámbitos institucionales, para que todos sientan que esos espacios institucionales de algún modo receptan las demandas de todos los sectores.
Entre las cosas que nos están faltando, y que vergonzosamente nos faltan, que lamentablemente nos faltan, y que tiene que ver con un recurso vital, es la ley de aguas. La Ley de Aguas cumple 21 años de intento de tratamiento legislativo. Y algunos dirán pero por qué joroban tanto con la ley de aguas. La verdad que deberíamos preguntarnos por qué somos la única provincia que no cuenta con esta Ley. Un recurso que es de todos y que al faltar un marco legal, uno puede usar como le place, puede contaminar como le place y puede privar a otros de un recurso básico y vital sin el cual no es posible siquiera la vida.
No me resigno, como creo ninguno de quienes estamos aquí a que nuestro destino sea un dato estadístico que otros cuenten por nosotros, sino que es un proceso que implica trabajo y que implica compromiso. Yo no quiero acostumbrarme a ver campos fueguinos con pocas ovejas y muchos bovinos. Yo quiero construir y para esto los necesito a todos y a cada uno en lo urbano y en lo rural, en lo industrial, en lo comercial, en lo estatal, en lo forestal, en lo ganadero. Construir un destino de producción sustentable, con inclusión social, con justicia distributiva, que nos ponga en la senda del trabajo, no como un dato sino como una responsabilidad que no podemos eludir.