Por Luciano Moreno Calderón* Tal cual lo expresó ayer el portal PRO-usurpación-británica “MercoPress”, la petrolera Premier Oíl se encuentra cada día más cerca de comenzar a “desarrollar” el yacimiento de hidrocarburos que en la cuenta Sea Lion, que ya tienen previsto sea para 2018. En vista de este delictuoso objetivo, la empresa viene trazando una elucubración pseudo-argumentativa, donde pretenden realizar un detallado estudio de este “emprendimiento a largo plazo” en el que evaluarán los “potenciales impactos sociales y medioambientales”, así como el “desarrollo y comercialización del yacimiento”, “para ser sometido a consideración del gobierno (ilegítimo) de las Malvinas (Islas Falkland)”, que de darle su visto bueno, sería sortear el único escollo para iniciar las actividades, según su retrógrada postura.
Ahora bien… para que el ciudadano pueda relativamente cuantificar el robo que significa esto que orquestan obscena pero meticulosamente, les quiero comentar que la explotación de Sea Lion, una cuenca aproximadamente 120 km al norte de Malvinas , daría según cálculos de la empresa, un negocio de entre 1200 y 1800 millones de dólares anuales, que se desarrollaría ininterrumpidamente durante 20 o 25 años desde 2018, y en donde tienen pensado y anuncian, muy sueltamente, despojarnos entre 390 y 550 millones de barriles de petróleo, y cuyo premio a la ilegitimidad, altanería depredatoria y anacronismo, es de más entre 30 y 40 mil millones de dólares.
En primer término observamos un claro desprecio por la comunidad y el derecho internacional, que ampliamente apoya nuestro reclamo, y encuentra hoy fundamentos para solicitar el freno a este atropello en la resolución de la Asamblea General de la ONU 31/49 del 1º de Diciembre de 1976, donde claramente luego de reconocer “los continuos esfuerzos del Gobierno de la Argentina, conforme a las decisiones de la Asamblea General para facilitar el proceso de descolonización y promover el bienestar de las Islas”, “pide a los Gobiernos de Argentina y del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte que aceleren las negociaciones relativas a la disputa de soberanía según lo pide las resoluciones 2065 y 3160 de la Asamblea General”, y, hasta tanto, “insta a las dos partes (“no son tres”) a que se abstengan de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilateras en la situación mientras las Islas están atravesando por el proceso recomendado en las resoluciones arriba mencionadas”.
Teniendo presente la resolución citada, es evidente que la explotación de un recurso NO RENOVABLE y con altas probabilidades de que produzca un desastre ambiental, es una “modificación unilateral” sustancial, desde el punto de vista que se lo mire, y que es necesario entenderlo para transmitirlo a la comunidad internacional.
Por otro lado, según se puede leer y destacan, actualmente la empresa se focalizaría en analizar los efectos que podrían tener las actividades proyectadas sobre el medio ambiente y la población de Malvinas (2800 habitantes implantados), pareciendo olvidar, o queriendo que el mundo olvide, que el archipiélago se encuentra sobre de la plataforma continental de nuestro país, y que forma parte de una provincia con 200 mil seres humanos, que se encuentran a menos de 500 km (y no a 13.000 como los usurpadores), y que decidió de manera unánime, a través de su cuerpo político más representativo, su legislatura provincial, declarar el repudio a esa actividad que, en base a lo que dice el derecho y la comunidad internacional, es lesiva e ilegítima.
En este sentido, el órgano legislativo provincial, se expidió en la primera sesión legislativa de 2015 por medio de la Declaración 002/15, que luego fue replicada en 2016 en la segunda de Julio de este año, ambas propuestas por la Unión Malvinizadora Argentina, y aprobadas unánimemente por todo el órgano provincial. Debiendo resaltar que la primera de ellas fue el único antecedente del país a la amenaza de embargar a las empresas radicadas en nuestro país que intervengan en esta actividad 156 millones de dólares, denuncia radicada en Rio Grande el año pasado.
También vemos con extremos desagrado que las empresas cancerígenas de nuestro planeta, en una clara estrategia depredatoria, se dirijan a preguntarle al títere implantado del usurpador si aprueba o no recibir multimillonarias cifras de dólares por explotar los recursos de nuestro paìs. Un dinero que todos sabemos seguramente irá a seguir militarizando la zona en conflicto, que por cierto no debiera estar militarizada, e incluso establecer o reforzar otras bases en otras islas de nuestro Atlántico sur, tal cual lo ha venido haciendo con la depredación de nuestras aguas, que inconscientemente realizan con la pesca.
Desde otra mirada, queremos resaltar que no es verdad, como quieren que nos resignemos a creer, que inexorablemente deba suceder lo peor, es decir que exploten nuestros recursos. Debemos dar una batalla cultural global desde nuestra provincia, y mostrar que el Atlántico Sur no es de los 2800 títeres estratégicamente implantados conocidos como kelpers, sino que existe una provincia Argentina con 200.000 personas, y otras 4 patagónicas, que piensa igual que un país de 40 millones, que toda Latinoamérica y países del Caribe, que el Grupo de los 77 países más China, que los 54 países de África, e incluso que Rusia, entre otros, y que es, sin lugar a dudas, el pensar y sentir de la amplia mayoría de los países del mundo.
Si bien es cierto que resulta casi increíble por su anacronismo leer este tipo de noticias que contrarían tan terminantemente nuestros intereses soberanos y el derecho internacional en general, y que es tristísimo observar como avanzan tan raudamente en algo tan lesivo para todo el pueblo argentino y particularmente para el fueguino, e incluso el latinoamericano y mundial, debemos observar esta situación como una oportunidad de dejar indeleble nuestro pensar y sentir en la comunidad internacional, y apagar con nuestras voces las constantes idioteces que dicen las fieles mascotas del usurpador, cada vez que pueden, emulando a los perros guardianes que ladran fieramente desde atrás del portón, sin saber ni importarles lo que defienden tan ferozmente, por el simple hecho factico, irracional, que el que les da de comer los entrenó para ello.
En primer término quiero decirles, por mas utópico que pueda parecer, que no estamos atados de pies y manos a un inexorable destino, sino que nos encontramos en una posibilidad única de aunar nuestro común esfuerzo para lograr un resultado histórico, que no solo es nuestro anhelo, sino el de muchos países del mundo, que ruegan que se haga justicia con nosotros, y que eso se logre con el esfuerzo colectivo de un país federal, cuyo epicentro en este tema, es y debe ser cada vez mas nuestra provincia.
No podemos evadir que es parte de nuestra identidad fueguina, argentina y latinoamericana, esta lucha que llevamos a flor de piel, y que sabemos y sentimos que debemos ganar con constancia, dialogo, paz y justicia, y hoy particularmente, empezando a tener más voz, ya que es la única solución para contrarrestar las políticas tan foráneas del Ejecutivo de la República, que realmente no puede ya seguírselo llamando nacional.
Bajo este marco estratégico, trazado en anterior párrafo, es necesario aclarar que la idea no es contrariar al actual gobierno de la república, como algunos querrán plantearlo para seguir ¨negociando¨ recursos pero ¨conversando¨ sobre soberanía, sino afirmar el contenido nacional de nuestro sistema republicano, del cual esta adoleciendo y es necesario sea incorporado en la política y relaciones exteriores de nuestro país, para evitar un mal significativo e irremediable a nuestros intereses soberanos, que por cierto están plasmados y descriptos en nuestra propia Constitución Nacional.
Con respecto a la empresa Premier Oil, más allá de quiera o no nuestra opinión, o nos considere o no seres humanos, estamos en la obligación, de defender nuestro territorio provincial, de una actividad que luego de de iniciada tendrá un antes y un después.
Debemos hacerles saber que somos seres humanos, y que mal que les pese, debe tratarnos como tales, ya que dependemos de nuestro medio ambiente para subsistir bio-psico-socialmente sanos, y que cualquier derrame en un sitio tan delicado para el ecosistema de gran parte del Atlántico Sur, nos afectaría directamente y que deben tenernos en cuenta.
Por otro lado, tenemos que resaltar la actitud y el obrar de nuestro país, quien realmente que se mostró interesado en la protección y conocimiento de la plataforma Continental argentina, que es donde se encuentran todas las islas del Atlàntico Sur, prueba de ello es que los estudios que la analizan, fueron ya presentados por nuestro país, uno de los primeros 6 del mundo y de los más voluminosos, a pesar de no tener la gran cantidad de recursos que tiene la potencia usurpadora, en un trabajo que duró ininterrumpidamente 19 años.
Esta situación, nos perfila orientados a la protección y conocimiento de los espacios marino como Política de Estado y a ellos, como es de esperar, como una potencia netamente depredatoria, que no pretende conocer, cuidar y respetar.
Debemos tratar de encarecer lo más posible esta la extracción, debemos alzar la voz como pueblo argentino al que le están arrebatando sus recursos de manera ilegítima hace muchos años, a los ojos de la comunidad internacional, que en su amplia mayoría apoya nuestro reclamo, generando entre otras cosas, inseguridad jurídica.
No podemos allanar el camino con nuestra inactividad a favor de la explotación de hidrocarburos en Malvinas, ya que esto significa no saber capitalizar el Brexit y lo que con èl deviene, como impulso de la mentalidad conservadora británica, que les va a dejar más distantes de muchos países del mundo que antes, por compromiso estratégico, los apoyaban o hacían la vista gorda en sus aspiraciones colonialistas.
Como es característico y distintivo de mi forma de trabajar y la del espacio que fundamos con el hijo de ex combatiente Rodrigo Palacios (la Unión Malvinizadora Argentina), luego de la descripción y análisis de la problemática, buscaré dar un paso que nos oriente colectivamente a una solución
Teniendo presente, como lo describí, la necesidad de hacer sentir a la comunidad internacional la voz fueguina, es que presentamos el proyecto ¨Firmando por Malvinas¨, hoy en comisión de legislación general tomado por todos los bloques (Asunto 149/16), una iniciativa que no se focaliza en pedir la ONU que haga un esfuerzo por hacer respetar sus resoluciones, devolver nuestro territorio usurpado o desmilitarizar la zona, sino preguntarles porque no lleva adelante ninguna de estas cuestiones que se ha comprometido con el mundo a tratar de evitar, ya que como seres humanos merecemos saber el porque de las cosas, y nos resulta imperioso su respuesta, a nosotros y todos los habitantes de este planeta, que saben que este atropello les puede suceder a ellos, cuando falte agua, tierra o lo que sea.
Esta juntada de firmas ser realizaría en 2017, a partir del 2 de Abril, cuando se cumplen los 35 años de la recuperación, y durante todo el periodo que duró el conflicto armado al cual nos empujaron con sus 149 de despojo y dilación. Y su objetivo es hacer llegar un mensaje, y recibir una respuesta, no importando tanto la cantidad de firmantes, que segurmente será amplia, sino el compromiso de cada uno de los que firma, ya que como decía San Martín, “vale mas un hombre gritando que cien mil en silencio”.
Otro ejido de acción, es el que planteamos con el ¨Frente Malvinizador Patagónico¨ que también se encuentra en la legislatura fueguina, y que nuclea 7 proyectos, siendo el primero lograr que los gobernadores de las 5 provincias patagónicas, realicen un acta acuerdo, donde expresen indeclinablemente, la innegociabilidad de los recursos de nuestro Atlántico Sur y la soberanía sobre Malvinas, así como de todas las islas del Atlántico sur, actual pero temporalmente usurpadas, por unos de los mayores genocidas de la historia de nuestro planeta.
Por último y no menos importante considero importante e imprescindible que los legisladores fueguinos tomen el proyecto presentado en 2014 y que perdiera estado parlamentario este año, para realizar una adición constitucional (reforma), para que en nuestro máximo cuerpo legal provincial, explicite nuestros intereses soberanos como lo hace la Constitución Nacional y la carta Magna de 6 provincias argentinas.
*El autor de la nota es fundador de la Unión Malvinizadora Argentina.