El casco del ex combatiente de Malvinas, Miguel Manuel Navarro, fue subastado en Londres por más de 700 mil pesos en un sitio de subastas on line", frustrando el deseo de la familia del veterano de poder recuperarlo. "Terminó la subasta, el casco se vendió en 12.100 libras, unos 705.000 pesos argentinos. Gracias a todos por los mensajes de apoyo y las palabras para mi viejo. Valen mucho más que un casco. Gracias!", publicó en su cuenta de Facebook Verónica Navarro, hija del ex combatiente.
El casco del ex combatiente de Malvinas, Miguel Manuel Navarro, fue subastado en Londres por más de 700 mil pesos en un sitio de subastas on line", frustrando el deseo de la familia del veterano de poder recuperarlo. "Terminó la subasta, el casco se vendió en 12.100 libras, unos 705.000 pesos argentinos. Gracias a todos por los mensajes de apoyo y las palabras para mi viejo. Valen mucho más que un casco. Gracias!", publicó en su cuenta de Facebook Verónica Navarro, hija del ex combatiente.
Desde hace unos días, Verónica y su hermano Mauricio intentaron desde las redes sociales recuperar el casco que su padre utilizó durante la guerra de 1982, en la que se desempeñó como jefe del Escuadrón Pucará.
"Nos llegó la noticia de que el casco que usó mi papá en la guerra de Malvinas para pilotear el Pucará, que hoy se encuentra en un museo de Gran Bretaña, apareció publicado en E-bay Inglaterra para ser subastado. Necesitamos recuperarlo por favor", habían pedido los hijos del ex combatiente.
Pero, finalmente, la subasta electrónica finalizó y el casco fue adquirido por un comprador anónimo que pagó 12.100 libras.
El vendedor fue un inglés, llamado Jonathan Callwill, quien cuenta en la página de E-bay que el casco llegó a sus manos luego de que la viuda de un combatiente británico se lo vendiera.
"No sabemos a quién se lo vendió ni tampoco nos pusimos a averiguar. Ya está, hicimos lo que pudimos y consideramos posible", explicó Verónica y agregó: "Mi padre está muy agradecido por todos los mensajes, y eso lo gratifica muchísimo".
El ex combatiente, que vive en Lanús, venía luchando hace cuatro años para recuperar el casco, cuando un amigo le avisó que estaba en una subasta en Internet en Londres. Pudo reconocerlo a través de las fotos en las que se veía el agujero de la esquirla y la etiqueta que Altieri había puesto con su nombre y regimiento del lado de adentro.