| 19 de enero

¿Un año de “errores”, idiotismo o entreguismo descarado?

Por Luciano Moreno Calderón* Tristemente el pasado 2016 y el inicio del actual 2017 no fue, para la soberanía argentina y nuestros intereses nacionales en Atlántico Sur, más que una cachetada al Ser Nacional, una constante ofensa a nuestros héroes, y una ininterrumpida e intensa blasfemia a nuestra identidad y rica historia soberana, por parte de un gobierno, cuando menos en este aspecto, pusilánime y genuflexo.

Por Luciano Moreno Calderón* Tristemente el pasado 2016 y el inicio del actual 2017 no fue, para la soberanía argentina y nuestros intereses nacionales en Atlántico Sur, más que una cachetada al Ser Nacional, una constante ofensa a nuestros héroes, y una ininterrumpida e intensa blasfemia a nuestra identidad y rica historia soberana, por parte de un gobierno, cuando menos en este aspecto, pusilánime y genuflexo.
 
Para ser sinceros, lo que algunos impresentables ven como un cuadro de normalización positiva y auspiciosa de las relaciones con el Reino Unido, un imperio anacrónico, usurpador, especulador e históricamente parasitario y deliberadamente nocivo para nuestro país, a mí y a muchos argentinos bien nacidos, solo se nos presenta, por los resultados que arrojó y la rapidez con que los despide, como un cuadro clínico de diarrea político-diplomática calculadamente inducida, y volcada sin filtro alguno directamente sobre nuestra soberanía y los legítimos e históricos derechos e intereses nacionales sobre todo el Atlántico Sur que de ella se desprende.
 
HECHOS
 
Lo que comenzó explícita o implícitamente anunciándose a finales de 2015 con el tibio discurso inaugural del Presidente Mauricio Macri en el Congreso, continúo su curso con la reapertura del fracasado “paraguas de soberanía” expuesto descaradamente luego de Davos en Enero de 2016 -anunciado implícitamente antes de asumir-, para luego proseguir con el lesivo, vergonzante y amplio “Comunicado Conjunto” (CC), repudiado y rechazado por gran parte de la comunidad política y todos los ex combatientes del país, solo siendo caratulado como “positivo” y “auspicioso” por quienes lo forjaron y un organismo de nuestra provincia, tibio, silente y, desde su fundación a la fecha -más de 6 años-, inservible y parasitario de la Causa.
 
En este raid de entreguismo, confirmando que la hipocrecìa carece de techo para la actual diplomacia argentina, y enmarcada en repetidas declaraciones que solo son un constante alarde del feroz desprecio y evidente desinterés por el ser nacional, la Canciller Malcorra llega a sostener que, en la ecuación anglo-argentina, la Cuestión Malvinas y el pleno ejercicio de soberanía sobre gran parte de nuestro Atlántico sur usurpado es solo el 20%, pero aclarando para dejar tranquilos a los argentinos, que el “reclamo” seguirá vigente por cuestiones constitucionales, ya que en el máximo plexo está esto estipulado, y no puede ser dejado de lado así como así. Esto muestra claramente la importancia que para que la gestión actual tiene la soberanía. 
 
Pero el año no cierra con esas aberrantes y obscenas declaraciones realizadas por la líder de nuestra diplomacia, ni aún con esa “hoja de ruta” (CC) defecada en Septiembre de 2016, sino que, avanzando con paso firme en su cumplimiento, se negocia rápidamente la conectividad del implante británico con el continente (aunque no tanto y lo menos posible con nuestro país), significando un gran avance en el cumplimiento del histórico y ampliamente conocido anhelo británico, consistente en acercarse desde su ilegítimo enclave en nuestras islas al resto del continente. 
 
Por otro lado, el Ejecutivo de la República, que de identidad nacional viene demostrando estar vacío, por Decreto dictaminó la eliminación de los reembolsos a las exportaciones por los puertos patagónicos que iban de un 8 a un 13%, que además de tener un sentido de  desarrollo económico, tenían la finalidad de integrar estos territorios relativamente lejanos y, a su vez, brindar mayor presencia de nuestro país en la zona patagónica del Mar Argentino.
 
Esta situación, para algunos ajena al tema que nos trata, se produce casualmente en un momento donde el Reino Unido expresa por medio de sus marionetas, las intenciones serias de ampliar los puertos de Malvinas, pues los consideran una infraestructura imprescindible para la futura extracción de hidrocarburos (que ellos hace tiempo anuncian para este año), perfeccionar su logística pesquera, incorporarse como ruta comercial, y obviamente para ejercer una mayor presencia en nuestros espacio marítimos que ilegalmente ocupan. 
 
Ya en los primeros minutos de 2017, sin poder esperar mucho, la anglofilia o la inmensa estupidez hace su aparición en detrimento de nuestros intereses nacionales. En lo que pareciera un claro tanteo de opinión pública más que un error, la Ministra de Desarrollo Social, en una salutación para el 2017, expone en la página oficial del Gobierno “Nacional” un mapa “erróneamente” sin  el 35% (aprox) de nuestro territorio argentino, es decir, sin las islas Malvinas, las Georgias del Sur, las Sandwich del Sur, ni la Antártida, en que viene a ser una clara violación a la ley de Mapa Bicontinental y grosero desconocimiento de la extensión de nuestro país. 
 
Por último, ya a casi un año del primer encuentro en Davos, la canciller Malcorra excretó algunas declaraciones realmente alarmantes que anuncian la intensificación de las políticas anglófilas para este 2017, sorprendiendo negativamente a quienes creíamos que esto no era posible, llevándonos del asombro al horror. 
 
En este sentido, bregando descaradamente por los intereses foráneos, y en una clara muestra de su preocupación por la mascota del usurpador, dijo que era necesario intercambiar información referida a la pesca en nuestro territorio usurpado, ya que los isleños padecen una reducción de sus cardúmenes en los cotos de pesca ilegalmente arrendados por ellos a buques extranjeros (no argentinos por supuesto) perjudicando sus ingresos, por lo que ella espera lograr que con esta medida los británicos recuperen el nivel de ventas que hace no solo posible sino también rentable la usurpación. Ganancias que, por cierto, generalmente sirven para seguir equipando con armamento de última generación las islas, y acrecentar un poderío militar que luego desvergonzados y sin empacho esgrimen como único y último argumento.
 
Con respecto a los hidrocarburos, dijo enfáticamente que es fundamental avanzar en este sentido, y si bien dejó claro que todo acuerdo por petróleo deberá ser “repasado” por el Congreso de la Nación (claramente muy a su pesar), también sentenció que lo que tenga que ver con pesca y comercio no, por lo tanto, “avanzarán” (entregarán) hasta donde puedan. 
 
APRECIACIÓN
 
Analizando lo acontecido entre todo el 2016 y el inicio de 2017, debemos entender que aquella agenda de trabajo conjunto que se caratula de “bilateral” y se viene desarrollando desde el inicio de la gestión con el Reino Unido, sólo tiene dos partes en la formalidad de los participantes, porque es total e indiscutiblemente unilateral en cuanto quien impone las condiciones y a qué intereses favorece: que no son otros que los británicos, y en claro detrimento de los nacionales. 
 
Si bien es verdad que Macri dijo que no entendía (idiotismo) las cuestiones de soberanía (y vemos claramente que por lo menos en esto no mintió), también es cierto que hasta el más infradotado sabe que no es ni va a ser nunca de interés para el contumaz imperio británico hablar de soberanía, si se le facilita la estadía en nuestro Atlántico Sur abriéndole las puertas a todos sus caprichos que clara, pura y exclusivamente están orientados a lograr la cómoda extracción de lo que por derecho corresponde a los argentinos, y que hoy no hace más que sustentar económicamente el enclave. 
 
Observemos el siguiente cuadro de situación: nos piden vuelos y avalar la conectividad con el continente, ¿y qué nos dan a cambio? Nada. Nos piden quitar, revisar u omitir la aplicación de normas sancionadas en el Congreso de la Nación en relación a la protección de nuestros hidrocarburos ¿y qué nos dan a cambio? Nada. Nos piden cooperar con información de nuestro lecho marino para así poder optimizar su depredación pesquera en nuestro mar argentino y seguir teniendo suculentas ganancias con el robo de nuestros recursos ¿y qué nos dan a cambio? Nada. 
 
Seamos claros. Lo único que nos brindan, son las mismas tristes promesas que en los 90`: esas que los mismos usurpadores se cansaron de incumplir, y que demostraron ser únicamente una artimaña vil y un fraudulento mecanismo dilatorio para avanzar unilateralmente en sus intereses (tal cual hicieron y hacen), tomándonos el pelo al final de todo desencuentro, al decir siempre y sin fisuras, que, después de todo, la soberanía no está ni estuvo en discusión, nunca.
 
Así es la vieja y conocida “estrategia” británica que hoy surte efecto en nuestra diplomacia, y que solo se orienta a lograr que un circunstancial gobierno argentino pusilánime y genuflexo, rodeado de consejeros manipulables, sin ideas, idoneidad ni trayectoria, origine un antecedente que avale con hechos claros, silencios sugerentes y/o tibias declaraciones, “Negociar” nuestros recursos, para ver si algún día, luego de sucesivos actos sumisión y entreguismo, ellos, los históricos genocidas y colonialistas del mundo, se dignan a siquiera “conversar” de soberanía. 
 
El rotundo fracaso del “paragua” y la “seducción” no solo es sostenido por mi y la amplia mayoría de los estudiosos en la materia, sino por su propio precursor (Caputo), quien a finales de los 90´ dijo que dar todo a cambio de promesas, o incluso nada, tal cual sucedía entonces y sucede hoy, había no solo desvirtuado totalmente la estrategia por él planteada en su momento, sino que había producido grandes daños a la economía y a la soberanía, por forjar sucesivos y repudiables actos abiertamente contrarios a nuestros intereses nacionales, que significaban sembrar y cosechar antecedentes diplomáticos perniciosos.
 
Hoy, como antes, los británicos, en flagrante complicidad con la diplomacia mediocre de nuestro país, hacen todo lo posible para: (1) evitar la presencia real de nuestro país en la conectividad, incluso impidiendo abiertamente que Aerolíneas Argentinas participe en los vuelos a las islas; (2) no comprometerse a dejar de depredar nuestro mar, sino todo lo contrario; (3) no comprometerse a lograr que el Atlántico Sur sea una zona de paz negándose a su desmilitarización, tal cual lo solicita la comunidad internacional por medio de la Res 41/11; (4) seguir ininterrumpidamente avanzando en la extracción de hidrocarburos, ignorando y amenazando violar aún más la Resolución 31/49 (situación que ya están duchos en hacer con la pesca); (5) evitar a toda costa a iniciar prontamente las negociaciones recomendadas por las naciones unidas en la 2065 para el caso Malvinas, y menos aún en algún día llegar a negociar soberanía o  hablar de finalizar con el colonialismo como reza la Res 1514. 
 
En definitiva, no se comprometen más que con sus intereses, y así y todo, la diplomacia actual y algunos engendros en la provincia, dóciles y cómplices con sus declaraciones y silencios -siempre desde su flamante, parasitaria y probada ignorancia-, ven esto como un camino relativa o totalmente positivo, auspicioso y válido para la obtención de nuestros objetivos soberanos, . 
 
Solo desde la idiotez y/o el desprecio absoluto a los intereses nacionales, puede creerse que colaborando con la potencia genocida que por ahora ilegalmente depreda nuestro territorio, logre obtenerse algún resultado positivo para los intereses argentinos. Más aún cuando los caminos son idénticos a los ya transitados, y que a lo único que condujeron en su momento  y se orientan indefectiblemente hoy, es a la dilación de iniciar el proceso de descolonización recomendado hace más de 50 años por la Comunidad internacional, y que es lo sustancial de nuestra convicción y orientación histórica soberana. 
 
Ahora, específicamente hablando de la “conectividad”, es importante destacar  escuetamente que los factores que se barajan no se reducen a una cuestión turística. Esta política, entre otras cosas, produce el abaratamiento del abastecimiento que tantos años espero el Reino Unido, y hoy más que nunca  necesita (recordemos el Brexit) para seguir sosteniendo a más bajos costos el enclave ampliamente redituable, y en el cual esperan permanecer indefinidamente extrayendo nuestros recursos, hasta su agotamiento o la destrucción total del entorno. Lo que llegue primero.
 
Otro factor nocivo es el gran avance diplomático que significará para el usurpador (y el terrible retroceso para nuestro país), que sus lacayos isleños obtengan un nuevo tipo de relación con países Sudamericanos y Latinoamericanos, que, unos más que otros, los habían mantenidos distantes en señal de apoyo al reclamo argentino y en una clara estrategia de bloque en pos de erradicar el colonialismo, que tanto azotó a la mayoría de los pueblos de nuestro continente. 
 
Pero hoy la cuestión no es solo los vuelos, que algunos avalan incluso proponiendo partidos de fútbol e intercambios culturales con las camadas jóvenes del anglo-parlante mecanismo semoviente del usurpador. 
 
Aquí hablamos de pesca, hidrocarburos, ubicación geoestrégica de cara a la Antártida, reconocimiento internacional a los empleados británicos implantados, posicionamiento geopolítico, e incluso de un perjuicio histórico a nuestra centenaria postura soberana y al reclamo, al forjar antecedentes diplomáticos intencionadamente perniciosos, entre muchos otros factores nocivos y sin ningún tipo de contraprestación acorde a nuestro centenaria y justa solicitud, que no es otra, que lograr el cese del crimen internacional que significa el colonialismo en nuestro territorio argentino.
 
Pareciera que muchos olvidan por conveniencia, ignorancia o desinterés, que nuestro país solo debe colaborar con los usurpadores y sus mascotas, cuando estén dispuestos y prontos a iniciar el proceso de descolonización, y así poder lograr la autodeterminación de nuestro pueblo argentino, que se ve privado de usufructuar y preservar, en favor de nuestro crecimiento Nacional y latinoamericano, lo que hoy es lisa, llana, premeditada y sistemáticamente robado por quienes pretenden nuestra colaboración en el saqueo. 
 
Tal cual lo expusieron los propios Veteranos, específicamente la “Confederación de Combatientes de Malvinas de la República Argentina” (que nuclea más del 90% de los veteranos de nuestro país), si primero no existe un camino explícito de descolonización, una cooperación de cualquier índole, sobre todo a este ritmo y en estos términos, sólo es un repudiable paso a un callejón donde quedaremos atrapados por el resto de nuestro reclamo, y sin posibilidad de volver. Situación que algunos inútiles sin trayectoria o trabajos serios, no pueden o no quieren ver, y que durante todo este año avalaron con reuniones estériles, declaraciones vergonzantes o, generalmente, con su habitual y cómplice silencio.
 
Y ahí viene la pregunta: ¿se puede ser tan idiota (ignorante), o esto es producto de un perverso y descarado plan de sumiso entreguismo?.
 
Por otro lado, ¿Como puede ser que estemos resintiendo poco a poco la integración de la Patagonia con el resto del país, promoviendo, entre otras cosas, el encarecimiento de los puertos patagónicos, cuando desde principios del año pasado los isleños -o incluso antes- hablan de ampliar los suyos, ya necesitan de esa infraestructura para intensificar la pesca, el comercio y comenzar a extraer petróleo prontamente, tal cual expresan públicamente?.  
 
¿Volver al unitarismo y que todo pase nuevamente por el puerto de Buenos Aires, es un retroceso centenario conveniente para ejercer una real presencia soberana en nuestro extenso e invaluable Atlántico Sur?. ¿Alguien o algún organismo advirtió, criticó o puso sobre el tablero esta situación con el tenor y visibilización que ameritan?.
 
Dejando un momento de lado el claro ensañamiento que se viene mostrando hacia la Patagonia y cuyo único programa pareciera ser resentirla y despoblarla en favor de intereses geoestratègicos foráneos, creo que es importante decir que estamos en vías de desaprovechar un factor positivo que nos brinda el contexto internacional, como lo es el Brexit: hoy una oportunidad histórica inigualable tirada al tacho, en claro fortalecimiento de nuestro enemigo, en el momento que más lo necesita por la debilidad geopolítica producida por un auto-aislamiento que la diplomacia “argentina” no está sabiendo o no le interesa aprovechar. 
 
Nuevamente surge la pregunta: ¿Inmensa estupidez, o traición y descarado entreguismo vende patria, por parte de la diplomacia argentina y los organismos encargados de velar por nuestros intereses soberanos?.
 
Debemos estar atentos también a las palabras ya que no podemos permitir que desde su uso liviano nos arríen a pensar debe de ser de “buenos vecinos” la relación que debemos tener como país soberano con el Reino Unido, ya que no tenemos una relación de vecindad con ellos ni con sus lacayos. Sólo nos vincula lo mismo que une a un criminal (RU) con su víctima (los argentinos), un delito, que en este caso, es la apropiación violenta por parte de un estado, de un territorio de otro estado  con quien se había suscripto un tratado de paz pocos años antes(el nuestro), para luego la expulsar sus ocupantes legítimos y posteriormente implantar habitantes sumisos. 
 
En este sentido, debemos tener bien claro que los kelpers son, en esta relación bilateral, algo así como el perro adiestrado del criminal, que mueve la cola, ladra, come y se sienta cuando su dueño lo estipula, no siendo, por lo tanto, parte de la disputa, y menos aún vecino, sino algo que se traslada en el ambiente y que sirve a su dueño, por techo y comida.
 
Por lo expuesto, es importante informarle a Malcorra, que el pueblo argentino no desconoce la presencia kelper en nuestras islas, sino que la repudia por ser solo un instrumento anacrónico colocado premeditadamente luego de desalojar violentamente a las autoridades y la población argentina, para tratar de violar nuestra integridad territorial, y pretender cohonestar una situación que en su origen y sostenimiento es ilegítima y violatoria del derecho internacional, y particularmente de nuestro  territorio nacional y soberanía.
 
Es decir, el único adversario usurpador es el Reino Unido, siendo, por lo tanto, solo instrumentos y rastros de esa ilegítima presencia, todo lo implantado en nuestras islas, sean cosas inertes o semovientes (isleños).
 
Por último, creo que es imprescindible recordar aquello que algunos se esmeran en soslayar en favor de una buena relación con el usurpador, que podrìamos llamar un clara muestra del síndrome de Estocolmo: el sostenimiento de la posesión de facto de nuestras Islas Malvinas y sus espacios circundantes, segùn la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es una situación colonial -Res 2065-, y por ende, un Crimen Internacional, según la misma Asamblea -Resolución 2621 del 12 de Octubre de 1970-.
 
Por lo expuesto, es evidente que cooperar por acción u omisión, no solo es ser un traidor de la patria y los más altos valores de nuestra argentinidad, sino también, cómplice de una violación grave a todo el derecho internacional vigente. Y también esto, debemos apuntar a que la diplomacia actual recapacite: más allà de que aparentemente para algunos de ellos las violaciones y el derecho internacional puedan ser algo sin mucha importancia e incluso intrascendente. 
 
CONCLUSIÓN 
 
Bajo la clara orientación anglófila de quienes hoy están frente al timón de nuestro estado argentino, los “errores” se repiten y lamentablemente se van a seguir repitiendo si la dirección diplomática es la expuesta por la Canciller, quien sostuve que la Cuestión Malvinas solo es el 20% de las relaciones con el usurpador, dando a entender que lo importante hoy solo es el otro 80%. Es decir el comercio y la explotación de nuestros recursos en favor de los usurpadores. 
 
No se puede afrontar un desafío como lo es todo lo que engloba Malvinas, partiendo de la base que es más importante el comercio y la extracción de nuestros recursos, que la soberanía en el Atlántico Sur y su proyección antártica, e incluso, que la memoria de aquellos que dieron toda o gran parte de su vida defendiendo el centenario y justo reclamo argentino, de descolonización y restitución del territorio violentamente arrebatado. 
 
Es evidente que hoy nuestro país atraviesa un momento crítico bisagra, caracterizado por una dirigencia que, muñida de poder pero desnutrida de contenido nacional, puede estar inaugurando la peor política internacional desde la llegada de la democracia a la fecha, ya que solo se han dedicado a momificar una estrategia ya aplicada, muerta y putrefacta, en un contexto cuyo nuevo fracaso no solo es anunciado, sino más comprometedor y nocivo a nuestra nación que lo pretérito.
 
Bajo excusa de incorporarnos nuevamente al mundo, pretenden, en el mejor de los casos, anular nuestra identidad nacional y mutilar nuestra integridad territorial, fundándose en un catálogo muy acotado de argumentos anémicos de contenido soberano, que jamás podrán  fundamentar, ni superficialmente, la insostenible y lesiva política que están llevando adelante en torno a nuestro Atlántico Sur, cuya máxima demostración es el “Comunicado Conjunto”, que después de los sucedido en los Acuerdos Madrid I y II, son lo peor que le pasó a nuestro paìs desde la gesta del 82. 
 
Vivimos en un momento de tensión histórica en relación a nuestros reclamos soberanos que no es el primero ni será el último en que se esgriman polìticas entreguistas, y si bien lo inmediato es evidentemente negativo, rozando lo nefasto, el futuro es auspicioso si como nación convencida de nuestros legítimos derechos soberanos, podemos mostrar al mundo y a la comunidad política actual de nuestro país, la fortaleza de las convicciones que mueve al pueblo de nuestro país en el justo y centenario reclamo argentino.
 
PROPUESTA
 
Como las reuniones estériles y las críticas sin propuestas no son nuestra forma de trabajo, desde la Unión Malvinizadora Argentina, el 23 de Diciembre de 2015, un mes antes del viaje  de Mauricio Macri a Davos como presidente dando el inicio de todo lo que hoy puede verse claramente con su política exterior en torno a Malvinas, presentamos una iniciativa en la Legislatura Fueguina que jamás fue tenida en cuenta. TEXTO DEL PROYECTO: (https://es.scribd.com/document/336399272/Frente-Malvinizador-Paragonico-Asunto-Part-N%C2%BA-036-15)
 
Esta propuesta tiene como eje central la idea de lograr, entre otras cosas, una declaración conjunta de todos los cuerpos legislativos de las provincias patagónicas, así también de sus respectivos ejecutivos provinciales, donde se manifieste con palabras claras la innegociabilidad de los territorios ocupados ilegalmente por el Reino Unido y sus recursos, así como también, se trace un camino estratégico para la protección de ellos a través del derecho internacional, el diálogo y la paz, no solo para nuestro país sino para todos los seres de la humanidad. 
 
Previendo explícitamente hace un año el clima que hoy transitamos, dejamos claro que estos instrumentos de ambos cuerpos políticos, de todas las provincias del “Bloque Patagónico”, debían gestarse para el 2 de Abril de 2016, para así mostrar un clara postura y tratar de mitigar lo negativo de cualquier viraje en la política exterior, tal cual lo sufrimos, y quizás podríamos haber atenuado. 
 
La gravitación de estos entes autónomos, hijos de un federalismo aún en pañales, en algo tan importante como la protección de sus espacios vitales, y en la unión en favor de los intereses nacionales, no debe ser infravalorado como avance natural en el análisis estratégico de nuestro reclamo, porque entendemos que es una manera de asegurar, de una vez por todas, la finalización de gobiernos pseudo ”nacionales” avenidos al poder para unilateralmente sepultar toda nuestra historia, e incluso la memoria de nuestros héroes.
 
Debe entenderse, sobre todo más pronto que tarde, la creciente importancia que tienen las provincias patagónicas en todo lo atinente a la Cuestión del Atlántico Sur, por estar insertas en un mundo donde la paradiplomacia, en la indetenible progresividad del derecho internacional, se hace lugar para dotar de mayor relevancia y participación en varios aspectos a los entes subnacionales, que representan mejor los intereses de su región y el pensamiento de sus habitantes. 
 
Es importante que comprendamos todos, que muy alejado de lo que pereciera algunos quieren hacernos creer, no estamos obligados, como ciudadanos, municipio o provincia, a solo chapotear silentes en esta diarreica política diplomática. Y es fundamental entender que no debemos mezclar el entreguismo de un gobierno circunstancial con nuestra mansedumbre, de lo contrario, haremos todo el trabajo para ser despojados de lo que legítima e indiscutiblemente nos corresponde. 
 
*El autor de la nota es miembro fundador de la Unión Malvinizadora Argentina 
 
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